La semana pasada el antiguo comandante en jefe del ejército ucraniano, Valery Zaluzhny, dió una evaluación pesimista de la guerra en Ucrania. Rusia ha superado a Ucrania en innovación en el campo de batalla. Ucrania “ya no logra generar y desarrollar innovaciones de forma continua, ni siquiera en áreas donde ayer llevábamos ventaja sobre el enemigo” (1).
“El enemigo ya nos ha superado y nos estamos quedando atrás; debemos ser honestos al respecto”, declaró.
Zaluzhny confirma que Rusia está librando una guerra de desgaste y para responder a ella es necesario “socavar la economía y el componente social para privar a Rusia de la oportunidad de desarrollo científico y tecnológico y desencadenar procesos de agitación social y desintegración”.
El antiguo dirigente militar no especificó cómo podrían lograrlo. Probablemente, se refería no solo a la guerra de drones que Rusia está ganando, sino también al mal estado de las defensas antiaéreas de Ucrania.
Baterías antiaéreas estadounidenses contra misiles rusos
Cada día las televisiones muestran los estragos de los bombardeos rusos sobre objetivos militares en Ucrania, sin explicar las causas de ello. ¿Carece Ucrania de defensa antiaérea? La respuesta es negativa: Estados Unidos ha vendido sistemas Patriot, cada uno de los cuales cuesta mil millones de dólares, pero son inoperantes. Desde el principio no han cumplido su propósito de proporcionar una defensa fiable contra los misiles rusos.
Al día siguiente, al comentar el bombardeo nocturno sobre Kiev, el portavoz de la Fuerza Aérea Ucraniana, Yuriy Ignat, confirmó el argumento de Zaluzhny: Rusia ha mejorado sus misiles balísticos, por lo que los sistemas Patriot han perdido su eficacia para derribarlos (2). Los misiles Iskander-M, que atacan siguiendo una trayectoria balística, se han mejorado y modernizado significativamente.
“Hablamos de ataques de engaño de radar, que cada misil puede realizar al acercarse al objetivo. También existe el vuelo de misiles a lo largo de una trayectoria cuasi balística, cuando el misil no vuela en línea recta, sino que ya está maniobrando”, añadió Ignat.
Las versiones más nuevas del Iskander utilizan señuelos para interferir los radares de la defensa antiaérea. También maniobran durante la fase final de su vuelo, lo que los hace prácticamente imposibles de interceptar.
En su reportaje sobre el ataque a gran escala contra Ucrania el sábado de la semana pasada, el Washington Post señaló que los sistemas de defensa antiaérea Patriot habían fallado (3). El asalto ruso involucró cerca de 400 misiles y drones, incluyendo nueve misiles balísticos que las defensas aéreas de Ucrania, ya de por sí sobrecargadas y con poco personal, no lograron interceptar.
Algunos de los misiles rusos destruyeron al menos una batería de defensa antiaérea Patriot, que consta de un radar, una estación de control de combate y dos o más vehículos de lanzamiento.
Los sistemas Patriot ya fracasaron en la Guerra del Golfo
La batería Patriot destruida en el ataque del fin de semana pasado no fue la primera en ser alcanzada, según la revista Military Watch (4). El número total de sistemas destruidos asciende a diez, lo que probablemente supone más de la mitad del total proporcionado por Estados Unidos y sus aliados.
El sistema de defensa aérea Patriot es bastante antiguo. La primera versión se utilizó hace 35 años durante la primera guerra estadounidense contra Irak. En gran medida ya fracasó en su misión. En 1992, un informe titulado “Efectividad del sistema de misiles Patriot durante la Operación Tormenta del Desierto” reveló que, de los 158 misiles disparados durante la Guerra del Golfo, el 45 por cien se lanzaron contra objetivos falsos.
Un informe realizado a principios de la década de los noventa señaló que “la tasa de intercepción del Patriot durante la Guerra del Golfo fue muy baja. Los resultados de estos estudios preliminares indican que la tasa de intercepción del Patriot podría ser muy inferior al 10 por cien, si no nula”. Incluso los adversarios más primitivos podrían evadir fácilmente la intercepción, concluyó el informe.
Tras revelarse las deficiencias del sistema Patriot durante la Guerra del Golfo se introdujeron nuevas versiones del radar y los misiles Patriot, el PAC-2 y el PAC-3. Los países occidentales abrigaron la esperanza de que su modernización le permitiera ofrecer una defensa mucho más eficaz contra los ataques con misiles balísticos.
Esas esperanzas se vieron frustradas por su rendimiento durante la invasión de Irak en 2003, y aún más 14 años después, cuando variantes aún más modernizadas no lograron interceptar un ataque improvisado con misiles balísticos lanzado por los yemeníes contra Arabia Saudí en 2017. Imágenes satelitales, fotos y vídeos de los ataques mostraron que los misiles yemeníes no fueron neutralizados, a pesar de las afirmaciones contrarias de fuentes gubernamentales saudíes y estadounidenses. Al menos una ojiva voló sin problemas sobre Arabia Saudí, a pesar del amplio arsenal de baterías Patriot modernizadas que protegían la zona afectada.
Las dudas planteadas recientemente por funcionarios ucranianos sobre la fiabilidad de los sistemas Patriot frente a los ataques con misiles balísticos rusos se enmarcan, por lo tanto, en un largo rosario de decepciones, con importantes consecuencias para los ejércitos de la OTAN y el noreste asiático, que dependen de este sistema para su defensa.
Otra debilidad del sistema Patriot es la notable escasez de municiones necesarias para su funcionamiento. Según The Economist, la tasa de producción actual de los sistemas Patriot es de 650 misiles al año (5). Durante el mismo período, Rusia produjo 750 misiles balísticos a aproximadamente el 10 por cien del precio de un misil Patriot.
Ucrania: lo mismo que el rey desnudo
A pesar de su ineficacia, Ucrania quiere adquirir más, según el Washington Post (6), aunque Trump se muestra reacio. La urgente necesidad de Ucrania de misiles Patriot se hizo evidente durante el bombardeo del fin de semana pasado. Según las fuerzas de defensa aérea ucranianas, dos de estos misiles apuntaban a Kiev, donde se cree que están estacionadas al menos dos unidades Patriot.
Es probable que una de estas unidades Patriot ya no exista.
El periódico no explica por qué Ucrania pide más sistemas Patriot cuando, como afirma el mismo reportaje, no están cumpliendo con su función. La explicación es que no les queda otro remedio. Más vale un Patriot que nada. Lo mismo que al rey desnudo, a Ucrania le asusta más su menguante arsenal de sistemas de defensa antiaérea que los drones rusos. Es posible que alguna vez los lanzadores Patriot hayan contrarrestado algún misil balístico disparado por Rusia y en Kiev rezan para que el milagro se repita.
El Washington Post parece insinuar que Ucrania no intercepta los misiles Iskander porque carece de Patriot. Pero no es verdad. Un vídeo del ataque del sábado pasado muestra dos baterías disparando al menos 14 misiles Patriot antes de que uno de ellos se incendie.
Ninguno de los 14 misiles de defensa aérea disparados impactó el misil balístico entrante.
(1) https://strana.news/news/485446-zaluzhnyj-zajavil-chto-rossija-obohnala-ukrainu-po-innovatsijam-na-fronte.html
(2) https://strana.news/news/485500–rossija-modernizirovala-svoi-rakety-chto-uslozhnilo-rabotu-dlja-pvo.html
(3) https://archive.ph/V1Aw1#selection-259.0-263.163
(4) https://militarywatchmagazine.com/article/patriot-effectiveness-questioned-ukrainian-air-force
(5) https://archive.ph/uadH5#selection-1127.0-1140.0
(6) https://archive.ph/J5Wgz#selection-263.0-267.154
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