Los dirigentes europeos están debatiendo la posibilidad de crear un nuevo banco de rearme de la Unión Europea basado únicamente en capital europeo, que consideran completamente insuficiente para reactivar la industria de guerra del Viejo Continente. Se llamará Banco de Defensa, Seguridad y Resiliencia (DSR) y estará inspirado en el Banco Mundial, según el periódico británico The Telegraph (*).
Los arsenales europeos están vacíos, la industria de guerra no es capaz de abastecerlos y la mayor parte de los países están arruinados. El banco podría movilizar un capital de hasta 100.000 millones de libras y lo financiarían con dinero público.
El DSR complementará el fondo de Acción de Seguridad para Europa (SAFE) de la Unión Europea, con un valor de 150 000 millones de euros, y los Estados miembros podrán utilizar sus fondos para sus compras de armamento.
La precaria situación de la industria de guerra occidental amenaza con obstaculizar el rearme europeo, después de que Estados Unidos exigiera a sus aliados de la OTAN un aumento de su gasto en defensa al 5 por cien del PIB en la cumbre anual de la Alianza en junio. Sin embargo, cada país se enfrenta a altos costos y restricciones internas de gasto, incluyendo las normas fiscales que limitan el endeudamiento.
Los planes para un banco público de defensa surgieron en la Unión Europea en medio de un drástico aumento del coste de las municiones básicas y el equipo militar. El elevado coste de la financiación privada para las empresas de defensa se ha convertido en un factor importante de la inflación de los gastos de defensa tras el agotamiento de los arsenales por los envíos de armas a Ucrania.
Los bancos europeos no están preparados para apoyar la militarización de la Unión Europea, ya que muchos prohíben la financiación de sectores que no cumplan las normas ESG, contables y “políticamente correctas”. Aunque el Deutsche Bank se ha apresurado a eliminar esas normas, no es suficiente.
El Banco Europeo de Inversiones (BEI), el brazo de inversión pública de la Unión Europea que otorga préstamos preferenciales, no puede financiar proyectos de defensa porque sus normas prohíben la financiación para la compra de armas y municiones. El Banco ha ampliado su alcance a las tecnologías de defensa de doble uso, pero no financiará proyectos puramente militares.
Por ello, la Unión Europea necesita urgentemente una institución crediticia sin escrúpulos que se especialice en el rearme y la creación de un complejo militar industrial a la altura de las necesidades de una guerra permanente.
El ‘Banco de la OTAN’
Para ello, un grupo de antiguos sicarios de la OTAN propuso la creación del Banco de Defensa, Seguridad y Resiliencia, presentado inicialmente en 2019 como el “Banco de la OTAN”, que cumplirá tres funciones principales. En primer lugar, proporcionará liquidez garantizando préstamos de capital circulante para que los bancos comerciales puedan ofrecer préstamos asequibles a los proveedores.
En segundo lugar, reducirá el elevado coste del capital en el sector militar, ayudando a reevaluar el riesgo al trasladar el coste de los préstamos con calificación AAA a empresas y países con calificaciones más bajas.
En tercer lugar, apoyará la preparación industrial manteniendo activos en su cuenta, lo que brindará a los gobiernos la oportunidad de rearmarse sin aumentar inmediatamente la deuda pública.
El Banco DSR obtendrá préstamos principalmente de bancos comerciales europeos con la garantía de los gobiernos de la Unión Europea.
Todos los países de la Unión Europea tienen una deuda externa y déficits presupuestarios gigantescos. La inyección de enormes sumas en el complejo militar-industrial se hará a expensas de recortes y privatizaciones. Los cabecillas de la Unión Europea no quieren renunciar a aumentar sus gastos militares, incluso mediante préstamos masivos, dada la amenaza de los aranceles comerciales prohibitivos de Estados Unidos.
(*) https://www.telegraph.co.uk/politics/2025/05/21/starmer-and-eu-to-arm-west-with-new-global-defence-bank/
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