Se vieron emblemas del partido “Campamento Radical”, una formación polaca que tiene sus orígenes en un movimiento fascista que nació en los años treinta, y del partido italiano Fuerza Nueva.
También hubo algunos grupos que corearon mensajes racistas a favor de una Europa blanca o contra los refugiados, e incluso se quemaron algunas banderas de la Unión Europea.
Hasta ahora sólo los nazis convocaban la manifestación, hasta que finalmente el gobierno se ha sumado a ella y la ha encabezado, con la excusa de que el acto fuera inclusivo, es decir, transversal y abierto a “todos”.
En el discurso con el que arrancó la marcha, Duda insistió en que era “un acto abierto a todos y en el que todos pueden encontrar un acomodo”. Sin excepciones. Hasta el punto de que se organizó de manera conjunta con los nazis.
La manifestación del año pasado fue criticada por el Parlamento Europeo en una resolución donde se instaba a los Estados miembros a actuar de manera decisiva contra el fascismo (perdón: “la ultraderecha”).
En 2012 y 2013 la monifestación acabó en enfrentamientos con la policía y decenas de nazis detenidos, lo que llevó al Ayuntamiento de Varsovia a prohibirla por su carácter político.
Ahora los nazis han ganado la partida. Se han salido con la suya y la convocatoria cuenta con todos los avales del gobierno y el partido Ley y Justicia (PiS), que les dan cobertura.
La oposición ha cargado contra ellos, acusándoles de legitimar a los grupos fascistas. Para la dirigente del partido liberal Nowoczesna, Katarzyna Lubnaue, es lamentable que el presidente polaco marche junto a los fascistas.
Rafal Pankowski, uno de los responsables de la organización antirracista Nigdy Wiecej, explicó que el simple hecho de que gobierno y los grupos nazis hayan podido sentarse a negociar una manifestación conjunta es, de por sí, muy preocupante, y refleja un acuerdo “peligroso”.
El presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, estuvo presente en los actos organizados en Varsovia, algo que podría entenderse en clave electoral, ya que el político liberal suena como candidato de la oposición a la presidencia de Polonia en las elecciones de 2020.