La República Checa se ha unido formalmente a un pequeño grupo de tan solo cuatro países de la Unión Europea que rechazan la propuesta de vigilar los mensajes privados en busca de contenido ilegal, alegando los peligros del control masivo y la vulneración de la intimidad.
El proyecto de ley europea, conocido como “Chat Control”, se denomina oficialmente Reglamento para la Prevención y la Lucha contra el Abuso Sexual Infantil (CSAR). La norma exige que las aplicaciones de mensajería, los servicios de correo electrónico, los proveedores de almacenamiento en la nube y las plataformas de redes sociales analicen automáticamente las comunicaciones de los usuarios en busca de material de abuso sexual infantil.
Si detectan contenidos sospechosos, deben denunciarlo a la policía. En la práctica impone la vigilancia masiva de la correspondencia privada. Se espera que el Consejo de la Unión Europea vote el 14 de octubre sobre el reglamento.
De aprobarse, “Chat Control“ se aplicaría en todos los estados miembros de la Unión Europea, incluida la República Checa. Eso significa que los mensajes y archivos privados de los usuarios de WhatsApp, Messenger, Signal, Gmail, servicios en la nube y otras plataformas se analizarían automáticamente.
El sistema buscaría material potencialmente abusivo o ilegal, y el contenido marcado se compartiría con la policía. Si bien el pretexto declarado es la protección infantil, los usuarios checos podrían enfrentarse a una violación más extendida de su intimidad.
El primer ministro Petr Fiala se ha opuesto abiertamente al plan. “En mi nombre y en el de toda la coalición, quiero decir claramente: no permitiremos la monitorización de la correspondencia privada de los ciudadanos”, declaró a finales del mes pasado. El gobierno ha anunciado que buscará aliados dentro de la Unión Europea para bloquear la propuesta.
“La intimidad de los ciudadanos es un valor fundamental que debemos proteger”, ha dicho Marek Vyborny, diigente del partido de coalición gubernamental KDU-CSL.
15 Estados de la Unión Europea apoyan actualmente la propuesta de “Chat Control”, entre ellos España, Portugal, Francia, Italia y Eslovaquia. Siete países siguen indecisos, entre ellos Alemania, Finlandia y Grecia. Cinco países (Austria, Países Bajos, Polonia, Bélgica y República Checa) han declarado su oposición a la norma.
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