Rogers considera que en el próximo colapso cientos de billones de dólares de riqueza serán “vaporizados”. Advierte que muchas viejas instituciones, tradiciones, partidos políticos, gobiernos, culturas, etc. van a declinar o de plano a desaparecer en consecuencia. Museos, hospitales y más tienen muchos problemas en el mundo desarrollado, y vaticina que muchos de ellos desaparecerán también.
Estados Unidos es, dice Rogers, “la nación más endeudada en la historia mundial”, y junto con el resto de países occidentales desarrollados, pagará un alto precio por ello.
Rogers es un antiguo socio del especulador internacional Geroge Soros y, desde los años setenta del siglo pasado, ha vaticinado las grandes crisis del capitalismo que se han producido. Advirtió la explosión de la burbuja de las puntocom y el fin del mercado bajista de las materias primas en 1999.
También anticipó el colapso inmobiliario de Estados Unidos y obtuvo grandes beneficios al apostar por la caída de las financieras estadounidenses. Según Daily Reckoning las ganancias de Rogers por sus pronósticos le han supuesto unos beneficios de 300 millones de dólares.
Esta vez predice el mayor colapso financiero de la historia de Estados Unidos. Afirma que los datos económicos clave como la acumulación masiva de deuda y la inyección de dinero a los mercados, apuntan a ese desplome que califica de “inevitable”. La impresión de dinero sin fin, afirma, “corrompe la moneda”.
Rogers también llama la atención sobre los peligros relacionados con la expansión de los derivados financieros, que pasaron de 500 billones de dólares en 2008 a 1.200 billones de dólares este año. Esa expansión tendrá un desplome de consecuencias incalculables, asegura Rogers.