Ahora la moda periodística es hablar del 5 por cien, que es una manera de encubrir que las previsiones de los “expertos militares” sobre la Guerra de Ucrania eran equivocados. Pero lo mejor es no rectificar nunca.
Sin embargo, en los guiones que la OTAN envía a sus propagandistas, lo importante no es el 5 por cien, sino que no existe ninguna otra opción política. Es una necesidad, el único camino posible, aunque ocultan el motivo: su derrota en Ucrania.
Si la OTAN hubiera triunfado, no habría necesidad de gastar un 5 por cien al alimón. Como sus expectativas no se han cumplido, necesitan la revancha, especialmente Alemania, el país revanchista por naturaleza: ha perdido dos guerra mundiales y necesita otra más para reivindicarse a sí misma.
Aquí es donde los monaguillos como Merz juegan su papel, acompañados de la prensa alemana típicamente atlantista, es decir, Bild y Político, cuyo papel es publicar en Europa lo que no se puede publicar en Estados Unidos, y mucho menos cuando la consigna del momento es hacer grande a (norte)américa otra vez.
Trump detiene el envío de armas a Ucrania, incluso las que estaban pagadas, porque es plenamente consciente de que ha perdido la guerra y no puede seguir perdiendo más. Además, su derrota es por partida doble porque, aunque quisieran seguir con los envíos, los arsenales se han agotado, como ya hemos explicado varias veces. No envían armas porque no tienen.
Para que Ucrania no pase a la historia como una estrepitosa derrota frente a Rusia, tienen que presentar la rendición como una negociación. Ese es el papel de los propagandistas. La OTAN se creó para aplastar a la URSS/Rusia. Al caer la URSS en 1990 alardearon de que habían triunfado y ahora ven que no es el fin de la historia como creían; ni mucho menos.
Aparte de debilidad, la OTAN da muestras de falta de fiabilidad. Los países que desde hace 35 años han entrado en la Alianza creyeron contratar un seguro y ahora resulta que la empresa no paga las indemnizaciones que le corresponde.
Los países que forman parte de la OTAN lo que tienen delante de sus narices es que, lo mismo que Ucrania, durante años han gastado muchísimo dinero en comprar unas armas a Estados Unidos, pero es posible que las municiones no lleguen nunca.
Tienen sistemas Himars pero no tienen misiles GMLRS. Tienen sistemas Patriot pero no tienen misiles PAC-3. Tienen cazas F-16 pero no tienen misiles AIM-7… Es como si hubieran tirado el dinero a la basura.
Los miembros de la OTAN no es que dependan de las compras de armamento a Estados Unidos sino que, como si fuera una panadería, todos los días hay que bajar a comprar y pedir -por favor- que nos entreguen los bollos que nos habían prometido.
Descubre más desde mpr21
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.