La ocupación militar de Europa occidental en 1945 fomentó el servilismo hacia Estados Unidos

Muchos se preguntan por los motivos que conducen a las potencias europeas, especialmente a Alemania, a someterse de una manera aparentemente tan dócil, a la política de Estados Unidos, con graves consecuencias, especialmente económicas.

La explicación es que en 1945 Europa occidental fue ocupada militarmente y los países europeos sólo se han desprendido parcial y limitadamente de la presión estadounidense. La OTAN no fue más que la consolidación de esa ocupación militar, a la que habría que añadir otro tipo de presiones, como la omnipresencia del dólar.

El plan de Estados Unidos para Alemania y los países liberados de la ocupación nazi se llamó “Gobierno Militar Aliado de los Territorios Ocupados” (Allied Military Government of the Occupied Territories, Amgot) (1). Las invocaciones retóricas de posguerra acerca de los países orientales, “ocupados por las tropas soviéticas”, fue una cortina de humo que ocultó la verdadera ocupación militar: la de Europa occidental.

Es un fenómeno conocido en el caso de Alemania, pero no lo es tanto en el de Francia, donde la resistencia se negó a sustituir una ocupación, la alemana, por otra, la estadounidense. Por eso en 1944 las tropas republicanas españolas que encabezaron la liberación de París estaban al mando del general De Gaulle y no de Eisenhower.

A diferencia de Alemania, poblada de nazis que en 1945 pasaron a trabajar para las potencias anglosajonas, De Gaulle consiguió evitar una nueva ocupación e instalar un gobierno provisional francés.

Ya en 1941-1942 Washington planeó imponer a Francia, así como a los futuros perdedores (Italia, Alemania y Japón), un protectorado regido por un gobierno militar, según el modelo previsto en los acuerdos Darlan-Clark de noviembre de 1942 (2).

Estados Unidos quería introducirse en las colonias francesas, propugnando una política de “puertas abiertas” que le diera acceso a las materias primas y donde pudiera instalar bases militares (3).

Roosvelt siempre jugó con las dos barajas: la de De Gaulle y la de Vichy. Por su parte, el gobierno de Vichy hizo lo propio: apoyaba al III Reich, mientras negociaba en secreto con Estados Unidos y Gran Bretaña, tanto en las colonias como en la metrópoli.

Estados Unidos desconfiaba de De Gaulle, al que consideró como una marioneta de los comunistas. Junto con Londres, el 23 de octubre de 1944 reconoció al Gobierno Provisional de la República Francesa dos años y medio después del reconocimiento soviético y poco antes de que De Gaulle firmara con Moscú, el 10 de diciembre, un Tratado de alianza y asistencia mutua para contrarrestar la hegemonía estadounidense en Europa.

El castigo fue sacar a Francia del Tratado de Yalta. De Gaulle no se sentó en la histórica foto junto a Churchill, Stalin y Roosvelt y, aunque evitó una ocupación militar abierta, tuvo que realizar una serie de concesiones importantes. Un memorando secreto relativo a la “participación francesa en la administración del territorio liberado en la Francia metropolitana” establecía lo siguiente:

“Artículo 1: El territorio liberado en la Francia metropolitana será tratado como amistoso. Sin embargo, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Aliadas tendrá todos los derechos de ocupación militar resultantes de la guerra. Actuará sobre la base de que en Francia no hay un gobierno soberano. No negociará con el Gobierno de Vichy, salvo para transferir la autoridad a sus propias manos.

“Artículo 2: Los funcionarios franceses y el personal judicial serían nombrados, o confirmados, por el Comandante en Jefe de los Ejércitos Aliados y por sus delegados autorizados. Estas medidas están destinadas a crear, lo antes posible, las condiciones que permitan el restablecimiento de un gobierno francés representativo de acuerdo con los deseos libremente expresados por el pueblo francés”.

En los territorios europeos ocupados en 1945 por los ejércitos estadounidense y británico, el Amgot dejó en sus cargos a los viejos cuadros nazis (caso de Alemania) o colaboracionsitas (caso de Francia). A otros nuevos los formó a su imagen y semejanza en universidades, como la de Yale o Charlottesville. Es un proceso continuado metódicamente durante la Guerra Fría, que fue una fábrica de europeos incapaces de descolonizarse a sí mismos, ni en el terreno político, ni en el militar, ni en el económico, ni en el cultural.

Europa occidental es un continente que sigue estando dirigido por caballos de Troya.

(1) http://www.ffi33.org/cnr/amgot/amgot5.pdf
(2) El 22 de noviembre de 1942 el almirante François Darlan, en nombre del gobierno colaboracionista de Vichy, y el general Mark W. Clark, en nombre de Roosvelt, firmaron un acuerdo para poner el norte de África a disposición del imperialismo estadounidense
(3) William A. Williams, The Tragedy of American Diplomacy, Dell Publishing, Nueva York, 1959.

comentario

  1. Qué buen artículo. Una síntesis muy breve del auténtico y mezquino motivo de EEUU para entrar (tarde, para que los demás nos matáramos mientras tanto entre nosotros) en la II Guerra Mundial.

    Para quien quiera ampliar y desengañarse acerca del papel de salvadores de los estadounidenses, le recomiendo este libro:

    «El Mito de la Guerra Buena – EEUU en la II Guerra Mundial» Jacques R. Pauwels (2.006)

    Hace un par de meses lo anduve buscando por Internet (en PDF o similar) y no lo encontré, así que, a quien quiera leerlo, le toca comprárselo.

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