Darío Herchhoren
En este mes de abril, se cumplen 37 años de la llamada guerra de las Islas Malvinas.
Esas islas son argentinas desde que ese país reemplazó a España en el ejercicio de la soberanía sobre el territorio que fuera el antiguo Virreynato del Río de la Plata. Argentina tuvo su primer gobierno patrio en 1810, y aunque era independiente de hecho, no declaró su desvinculación de España hasta el día 9 de julio de 1816.
Las islas Malvinas formaban parte del territorio nacional y estaban habitadas, y fueron usurpadas en 1833, año en que una flotilla inglesa ocupa por la fuerza las mismas, y las incorpora al imperio inglés, venciendo la resistencia de la población nativa.
A partir de ese año, Argentina viene reclamando su devolución año a año para evitar que Inglaterra plantee la prescripción de su ocupación. La ONU, considera esas islas como un territorio a descolonizar, lo cual implica no reconocer la soberanía británica sobre las mismas.
Durante la dictadura cívico militar que sufrió Argentina desde el año 1976 hasta 1983, la última junta militar presidida por el general Leopoldo Fortunato Galtieri, ante una situación económica imposible de soportar inicia una aventura militar para recuperar las islas, en una clara huida hacia adelante.
Es así como en la televisión, las radios y los medios de información escritos de la época se muestran los preparativos para el desembarco de tropas argentinas en las islas con material de guerra pesado como cañones sin retroceso, carros de combate anfibios, aviones cazabombarderos y fuerzas de infantería en cantidad de doce mil hombres entre oficiales, suboficiales y personal de tropa. Ocupan las islas, y apresan y expulsan a una pequeña guarnición británica de 32 hombres.
Hasta aquí los hechos en forma suscinta.
Analizaremos ahora cual era la situación política en Argentina en esa circunstancia.
Gobernaba el país una junta militar integrada por un representante del ejército, uno de la armada y uno de la fuerza aérea. El ejército como fuerza mayoritaria ejercía el cargo de presidente de la república en la persona del general Galtieri, un militar alcohólico, ignorante y arrogante que se había significado en apoyo de los USA, en la guerra contra Nicaragua desatada por Reagan utilizando al ejèrcito mercenario llamado “la contra”. Esos servicios le llevaron a pensar que Inglaterra no iba a reaccionar para recuperar su colonia, y que los USA iban a preferir estar al lado de Argentina antes que con su principal aliado en el mundo, que era sin duda el Reino Unido, gobernado entonces por Margareth Tatcher. Craso error.
El ejercito argentino estaba formado por soldados bisoños que cumplían el servicio militar, de 20 años de edad, sin experiencia militar ninguna salvo la instrucción militar mínima. El material de guerra de ese ejército era antiguo y en mal estado ya que todo el material era de segunda mano comprado a EEUU.
Inglaterra está a quince mil kilómetros de las islas, y Galtieri con su corta visión política y militar, pensaba que la distancia era un motivo para que no intentara recuperar esa colonia. Otro craso error.
Tuvo la ocasión el gobierno militar de retirarse de las islas luego de la ocupación y habría dado un golpe de efecto a la orgullosa Inglaterra que no habría intervenido ni provocado los cientos de muertos que hubo al fin. Pero no. La cortedad política le llevó a proclamar que había derrotado a Inglaterra.
El ejercito y la armada inglesas estaban pertrechados con la última tecnología militar, con aviones Sea Harrier, y mandó un portaaviones y varias fragatas a la zona. El largo viaje daba una nueva oportunidad de retirarse con gloria, pero no. La estupidez estratégica de la junta militar les produjo una borrachera política, y al final hubo un enfrentamiento militar donde los pobres soldaditos argentinos, mal calzados, mal vestidos y mal armados, sufrieron todo tipo de humillaciones. En Malvinas la temperatura es de unos 20/ 30 grados bajo cero. Los soldados argentinos estaban calzados con zapatillas de lona, con uniformes de tela muy fina, no recibían comida caliente, y fueron torturados por sus oficiales y suboficiales cuando se quejaban.
El pueblo argentino, que durante más de un siglo venía reivindicando su derecho soberano sobre las islas envió todo tipo de ayuda para sus soldados, y se supo que toda esa ayuda fue vendida, y el producto de la venta fue a parar a los bolsillos de jefes y oficiales.
Pero lo peor estaba todavía por llegar. Los británicos llevaron a Malvinas tropas gurkas, que son un grupo de soldados nepalíes, asesinos profesionales, bien entrenados y armados que están enseñados a no abandonar el campo de batalla hasta que no acaban degollando al último enemigo.
Esto produjo una enorme mortandad entre las tropas de conscriptos argentinos, y es algo que se sabe muy poco. La vuelta del ejército derrotado, habiendo dejado en el terreno más de 300 muertos que yacen enterrados en Malvinas, la existencia de mutilados y las secuelas psicológicas de esa insensata guerra, son una herida abierta en la conciencia de los argentinos, que hasta la fecha no ha sido cerrada convenientemente.
Las consecuencias de la torpeza militar y su cortedad política están a la vista. Las Malvinas son ahora una instalación militar de la OTAN con grandes concentraciones de material militar, y el gobierno británico está ahora haciendo lo que no había hecho nunca. Está dando grandes concesiones de pesca en sus aguas, y permite a empresas multinacionales explorar el subsuelo marino en busca de yacimientos de petróleo.
Gracias por este excelente artículo. Me interesa mucho la historia, había algunos datos que desconocía. Algo había leído de los Gurkhas del ejército británico, por lo visto debían ser tropas muy curtidas en conflictos coloniales.