La función de las Fuerzas Armadas en los paises de la periferia

Darío Herchhoren

Desde la más remota antiguedad, los serees humanos se armaron, primero para la caza y por miedo a otros seres humanos y al ataque de animales feroces.

Con el correr del tiempo, y cuando aparecieron las clases sociales, aquellas que consiguieron hacerse con los mandos de los estados crearon ejérctos para la conquista de otros territorios y como reaseguro de su dominación sobre las clases que consideraron inferiores.

Sin embargo, y a pesar de considerar que había clases y seres inferiores, las clases «superiores» se valieron de las «inferiores» para conseguir la tropa necesaria con la que nutrir sus filas en las respectivas armadas.

Esto es quizá la primera gran contradicción, y llama mucho la atención como las clases «inferiores» (los pobres) se han dejado utilizar como elemento de choque contra otros pobres como ellos, pero que no llevaban armas.

He aquí uno de los motivos de la existencia de ejércitos fieles a las clases dominantes, cuyo personal de tropa y suboficialidad, está integrado por hombres provenientes de las clases más humildes y explotadas.

Así viene siendo desde hace milenios, donde las llamadas «fuerzas armadas» que debería ser la expresión del pueblo en armas, en realidad se han convertido en una guardia de seguridad de las clases sociales privilegiadas, que tienen mucho que perder en caso de que los «inferiores» tomen conciencia de su verdadero poder, y apunten las armas que les han provisto contra aquellos que se las han proveido.

Todo esto viene a cuento de la división real entre paises centrales y paises periféricos. Los centrales son aquellos paises que generan políticas que impactan sobre el mundo entero, y los periféricos son aquellos sobre los que impactan las políticas que generan los centrales. Y ello se nota si somos observadores de lo que ocurre cuando ya ponemos nombres a los paises del mundo que ocupan los lugares a los que acabamos de referirnos.

Las alianzas militares de la actualidad muestran de forma clara y transparente estas realidades. Si tomamos en cuenta por ejemplo a la OTAN, que es en realidad el único pacto militar que a la fecha tiene presencia en el mundo entero, veremos que aquellos paises que integran ese pacto como EEUU, el Reino Unido, Francia y Alemania, en ese orden son los que dan las órdenes, y los demás son las que las cumplen. No es un pacto de iguales, sino un pacto de mandamases y subordinados, y que los subordinados solo sirven para asegurar que en sus respectivos territorios no habrá cambios sociales importantes que impliquen por ejemplo cambiar a los dueños de los medios de producción. Estamos viendo como en España donde es posible que se constituya un gobierno socialdemócrata «ma non tropo» han saltado las alarmas, y el Ibex 35, que es el verdadero poder, ya ha sacado las zarpas y afilado los dientes, y donde sus fieles servidores (PP, Vox, Ciudadanos) les sirven de caja de resonancia y ya están avisando de graves males y grandes catástrofes, a espadones como el general Fulgencio Coll que están llamando a considerar como traidor a la patria nada menos que a Pedro Sánchez, o como en Bolivia, donde la burguesía local que nunca ha tenido más ganancias que en el gobierno de Evo Morales, a pesar de que este llevó adelante una política inclusiva de las clases populares. No le perdonan que sea indio, y no quieren por su carácter racista, que gente sin linaje ni alcurnia se parezca a ellos.

Por todo esto la respuesta a para que sirven las FFAA en paises periféricos es de faćil respuesta: En España sirvieron a las clases privilegiadas y en 1936 desataron quizá la mayor tragedia de la historia de este martirizado pueblo. En Chile ocurrió otro tanto, en Argentina lo mismo. En Brasil dieron inicio a una feroz dictadura con el mismo objetivo y ahora en Bolivia quieren cerrar el paso a que los sectores populares se beneficien de políticas inclusivas que repartan la riqueza entre muchos y no para unos pocos.

Las fuerzas armadas en estos paises sirven a sus amos, que no son otros que las clases acomodadas que no quieren compartir sus beneficios con los menos favorecidos y seguir explotándolos. No quieren saber nada de todo esto, y no toleran siquiera la socialdemocracia, que en definitiva no plantea un cambio profundo, sino un mejor reparto de la torta.

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