Sólo China representa el 43 por ciento del aumento de la deuda mundial desde 2007.
“No hay lugar para la autocomplacencia”, dijo Vitor Gaspar, jefe de asuntos fiscales del FMI, al presentar el informe titulado El Observatorio Fiscal, antes de las reuniones de primavera de la institución financiera y el Banco Mundial.
“El mundo está ahora 12 por ciento más endeudado que en el momento del récord anterior en 2009”, deploró el FMI, que atribuye este aumento de la deuda a China, que por sí sola representa el 43 por ciento del aumento de la deuda desde 2007.
Se espera que la deuda continúe después de que Estados Unidos apruebe una reforma tributaria que aumentará su déficit presupuestario en un billón de dólares en los próximos tres años, elevando la deuda del país al 116,9 por ciento del PIB para 2023.
Para los países desarrollados la deuda representa el 105 por ciento de su PIB, el nivel más alto desde la Segunda Guerra Mundial, y el de los países del Tercer Mundo alcanza el 50 por ciento, algo nunca visto desde la crisis de la deuda de los años ochenta, que golpeó con fuerza a las economías del Tercer Mundo.
“La experiencia demuestra que los gobiernos más exitosos son los que se preparan de antemano cuando las nubes aparecen en el horizonte”, dijo Vitor Gaspar, haciendo un llamamiento a los Estados para que tomen medidas que eviten encontrarse con los pies y los puños atados en caso de crisis.
“Las grandes deudas y los déficits socavan la capacidad de los gobiernos para responder con políticas fiscales que apoyen a la economía durante una recesión”, dijo el FMI.
Los países del Tercer Mundo podrían ser las primeras víctimas: “La deuda está a un nivel muy alto en todo el mundo y a menudo se suscribe en dólares”, recordó el economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, durante la presentación el día anterior de las perspectivas económicas de la institución financiera.
En estas condiciones, si Estados Unidos subiera los tipos de interés más rápidamente de lo previsto, los países emergentes podrían sufrir las consecuencias.