Los cinco suman por sí solos el 56 por ciento del sector bancario chino en términos de activos -75 trillones de yuanes contra los 60 que tienen los 145 siguientes, y detentan el 60 por ciento de todos los tipos de préstamos, 40,5 trillones de yuanes de un total de 67,50.
Desde hace algunos años, China salta de burbuja especulativa en burbuja especulativa. En 2014, por simplificar, fue sobre las acciones compradas con apalancamiento en Shangai y Shenzhen; en 2015 fue la burbuja inmobiliaria en Shangai, pero sobre todo en Shenzhen. En pocas palabras, en algunos años se observan aumentos de precios totalmente sorprendentes, subidas alimentadas por el crédito, y que termina sistemáticamente en hundimientos espectaculares.
Es el escenario en versión china de lo que habíamos llamado sucesivamente la “burbuja de internet”, después la “crisis de las subprimes” o, más en general, crisis capitalista. Dichas crisis se consideran consecuencias del liberalismo, de la mundialización, de las desregulación, etc.
Si he comprendido bien la teoría dominante que quiere explicarnos la crisis actual, debemos deducir que los bancos, debido a que han sido liberalizados, hacen cualquier cosa, todos a la vez, para aumentar sus beneficios, lo que supone burbujas, hundimientos y recesiones.
Pero el problema es que los cinco grandes bancos que acabamos de citar, y que controlan lo esencial del mercado, y que contratan una aplastante mayoría de los préstamos, están controlados por el Estado. Ya sea mediante Central Huijin, equivalente chino de la española SEPI, Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, o a través del Ministerio de Hacienda, Pekín mantiene la mayoría absoluta del capital de cada una de estas instituciones excepto en el caso de la más pequeña, en donde el Estado se contenta con ser mayoritario, con un 30 por ciento del capital.
Y esto es solamente a grades rasgos. En realidad si extendemos el análisis al conjunto del sector bancario, nos damos cuenta de que las cuotas de participación más o menos directas, los “bancos comerciales rurales” y los “bancos comerciales urbanos”, es el conjunto del sector bancario chino lo que está masivamente bajo control público.
Es decir, que estas repetidas burbujas, impulsadas por la política monetaria del Banco Popular de China, son transmitidas por un sector bancario que está más o menos tan liberalizado como el Consejo de Seguridad Nuclear o la RENFE.