En abril la Unión Europea publicó un informe sobre la financiación concedida a las miles de ONG. Redactado por el Tribunal de Cuentas, el documento es una crítica de las prácticas de financiación actuales. Sin embargo, no cuestiona en ningún caso el principio de estas donaciones, en un momento en que Bruselas y los gobiernos nacionales intentan imponer recortes drásticos en el gasto público en todas partes.
Durante el período de 2021 a 2023, la Comisión Europea entregó a las ONG 3.400 millones de euros de financiación gestionados directamente para políticas internas, así como 1.400 millones de euros para acciones gestionadas indirectamente a través de sus socios. Estas cantidades fueron percibidas por 5.000 ONG.
Pero, aparte de la Comisión, hay más fondos nutriendo a las ONG, con un total que llega hasta los 7.000 millones de euros entregados a 12.000 ONG entre 2021 y 2023.
En ocasiones, la Unión Europea ha creado sus propias ONG, verdaderos caballos de Troya, para defender sus políticas en países cuyos gobiernos no resultan del agrado de Bruselas.
El informe apoya la necesidad de continuar con los subsidios, aunque señala la ausencia de controles sobre la fidelidad a los “valores europeos” de las asociaciones beneficiarias. Lo que preocupa en Bruselas es la falta de transparencia de las decisiones, de los procedimientos y de los controles.
Sin embargo, en términos de transparencia, el documento del Tribunal de Cuentas no es realmente ejemplar. Por ejemplo, sería en vano buscar en el texto ejemplos de nombres o de razones sociales de colectivos parasitarios que se benefician de las subvenciones de Bruselas. No citan a ninguno.
Por otra parte, el alcance de la generosidad queda al descubierto. El informe recuerda que la mayor parte de la financiación concedida por la Unión Europea a las ONG adopta la forma de subvenciones a las que pueden optar distintos tipos de parásitos.
La Comisión Europea desvió fondos a las ONG climáticas
La Comisión Europea desvió fondos destinados a la “lucha” contra el cambio climático para financiar a las ONG ambientalistas en una operación encubierta para silenciar a los colectivos que niegan el cambio climático.
El antiguo muñidor de la histeria climática en Europa, Frans Timmermans, fue quien adjudicó los contratos con las ONG ambientalistas. Los fondos procedían del programa Life, destinado a financiar programas verdes y que desde 2014 cuenta con un presupuesto de 9.000 millones de euros.
El programa es un instrumento de financiación dedicado a proyectos ambientalistas y de acción climática, aunque una parte de los fondos se han utilizado para atacar los llamados “negacionistas”, según un reportaje del periódico austriaco eXXpress publicado en abril.
La Comisión Europea admitió el fraude, que calificó como “una actividad inapropiada de cabildeo”. Según documentos internos, las campañas específicas se diseñaron en cooperación entre las instituciones de la Unión Europea y las ONG climáticas, incluida la planificación de las personas que debían denostar.
Según la Comisión Europea, es necesario introducir cambios en el programa Life para evitar futuros “excesos”, que es como califican a la manipulación de las polémicas climáticas.
Las directrices que prohíben el cabildeo subvencionado por parte de las instituciones de la Unión Europea ya se introdujeron en otoño del año pasado, pero es ahora cuando la manipulación aparece públicamente.
Sólo un tercio de las organizaciones y ONG que recibieron subvenciones del programa Life revelan abiertamente sus ingresos y cómo se utilizan los fondos, lo que ha generado críticas por falta de transparencia.
Los contratos con las ONG incluían planes que detallaban objetivos, lo cual significa que la Comisión Europea no sólo financiaba sino que también dirigía los ataques contra determinadas organizaciones y colectivos denostados como “negacionistas”.
La Comisión Europea ordenó a las ONG que se centraran en los críticos del New Green Deal que se resistían a la Agenda 2030 y la descarbonización. Por ejemplo, la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB), una importante red de ONG, está acusada de influir en las decisiones del Parlamento Europeo atacando a diputados que se oponen a normas medioambientales.
Cada año se envían a las ONG unos 15,5 millones de euros del programa Life para reforzar los ataques contra los “negacionistas”. La financiación de muchas de estas ONG por parte de la Comisión Europea estaba sujeta al requisito de alinear sus campañas con los objetivos políticos de la Comisión Europea, silenciar a la oposición mediante grupos de presión en la sombra y desarrollar campañas para que la población europea apoyara el New Green Deal.
Las campañas fueron subcontratadas por la Comisión Europea a grandes ONG, como la EEB, que luego fueron llevadas a cabo por colectivos más pequeños.
Tras la derrota de la OTAN en la Guerra de Ucrania, lOS sabotaje a la infraestructura submarina del Mar Báltico y los cambios en la política exterior estadounidense bajo la presidencia de Trump, el New Green Deal va a ser abandonado por la Unión Europea.
El dinero destinado a las ONG climáticas se va a destinar al rearme. El debate en Europa sobre la derogación del New Green Deal no ha hecho más que comenzar.
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