En artículo publicado el 13 de agosto el semanario vocero de la City de Londres, The Economist, expresó su gran preocupación de que el Presidente argentino Mauricio Macri se halle en graves aprietos políticos. Un tribunal federal, respondiendo a la furia popular, emitió un interdicto en contra de las alzas astronómicas en las tarifas públicas, una pieza central del plan de «recuperación» económica de Macri y se informa que la confianza de los inversionistas extranjeros en el sistema judicial está «quebrantada». El flujo de inversiones extranjeras que supuestamente iban a entrar a raudales, una vez que tomara posesión Macri en diciembre, no se ha materializado.
«La luna de miel de Macri está llegando a su fin» se lamenta The Economist, para concluir que su única alternativa ahora es esperar que el voto programado para el 18 de agosto en la Corte Suprema sobre la legalidad de las alzas exorbitantes en las tarifas públicas, le sea favorable y después, «persistir con las alzas en los precios y pagar el costo político». Sin embargo, bien pudiera ser que el costo político fuera algo más de lo que Macri puede soportar.
Macri, al igual que su homólogo brasileño, Michel Temer, es un «presidente papel higiénico», del que se pueden deshacer Londres y Wall Street cuando lo consideren necesario. ¿Ya habrá llegado la situación a ese punto? Como lo destaca un artículo firmado en el periódico Tiempo Argentino del 13 de agosto, el gobierno de Macri «es prisionero de su propia ineptitud».
No tiene ningún apoyo popular, y las protestas en contra de las políticas de austeridad son cosa de todos los días y se extienden por toda la nación. Dentro de la coalición Cambiemos de Macri, los miembros del Partido Radical están preparando su huida; crece la animadversión entre los miembros del equipo económico de Macri, dirigido por el ex banquero de JPMorgan, Alfonso Prat-Gay, y lo único que puede mostrar como resultado el gobierno, después de 8 meses en funciones, es una desintegración económica y social, y una población furiosa que se está cansando de las cínicas justificaciones de la austeridad por parte de los miembros del gabinete, y de un Macri que repite ad nauseum que la culpable de sus problemas económicos es la ex Presidente Cristina Fernández de Kirchner.
Según un estudio dado a conocer el 11 de agosto por la Universidad Católica de Argentina (UCA), desde que Macri prestó juramento, 1.4 millones de personas han caído en los rangos de pobreza, 400,000 de ellos en la indigencia. Tiempo Argentino calcula que 500 personas están perdiendo sus empleos diariamente, en tanto que un total de 180,000 personas han perdido sus empleos en los sectores público y privado juntos desde que Macri tomó posesión. Bajo estas condiciones, si la Corte Suprema respalda las alzas exorbitantes en las tarifas de Macri, el país podría estallar.