El mes pasado se descubrió que el banco “malo” austriaco Hypo Alpe Adria, también conocido como Heta Asset Resolution, tenía un agujero de 7.600 millones de euros y que el gobierno no estaba dispuesto a pagar los platos rotos.
El resumen de la situación financiera en Austria es el siguiente: se crea un banco “malo” tras el colapso del banco “bueno” y luego el banco malo se colapsa a su vez. Según cálculos de Reuters, el agujero es de más de 9.800 millones de euros.
A partir de entonces en Austria ya no se habla de otra cosa y recuerdan los viejos tiempos: en 1931 el banco Creditanstalt colapsó en circunstancias muy similares, desatando un efecto dominó que llevó a una crisis financiera general. Tras la gran depresión dos años antes, llovía sobre mojado. Era la crisis dentro de la crisis.
Lo que la prensa austriaca ha callado es que tras la crisis de la crisis llegó el Anchluss, es decir, el III Reich y la guerra mundial.
Quizá alguien se pregunte los motivos por los cuales en este mundo en el que vivimos los depósitos bancarios están garantizados, mientras que no se garantiza nada más: ni el trabajo, ni las pensiones, ni la paz, ni la vivienda, ni la educación, ni las vacaciones, ni la sanidad…
También es posible que se pregunte por qué tiene que ser el Estado quien garantice los depósitos bancarios. Pero es todavía más sorprendente saber que hasta eso se ha acabado: a partir de julio en Austria el Estado dejará de garantizar los saldos bancarios.
Es interesante contar esta historia porque demuestra que hasta la propia burguesía sabe que el capitalismo no tiene ningún futuro por delante.
Hoy en Austria los depósitos bancarios están garantizados hasta 100.000 euros, la mitad por al propio sistema bancario y el resto por el Estado. A partir de julio esta garantía desaparecerá. El Estado dejará de garantizar la devolución de los depósitos. A cambio se creará un fondo de aseguramiento de depósitos financiado por la banca para afrontar las futuras quiebras.
En los próximos 10 años el fondo crecerá gradualmente hasta alcanzar los 1.500 millones de dólares. Si antes de llegar a dicha cantidad se produjera una quiebra bancaria, el fondo podría pedir un préstamo internacional aunque, según el diario austriaco Die Presse, la cosa no está tan clara. Incluso en el caso de que el fondo llegara a alcanzar los 1.500 millones de dólares, no sería suficiente para afrontar el desplome bancario.
Las cifras cantan: 1.500 millones de dólares no alcanza ni al 0,8 por ciento de los depósitos existentes. No es capaz de asegurar la solvencia de un banco austriaco de calado mediano y si son varios los bancos los que se encuentran en dificultades, los austriacos verían esfumarse sus ahorros.
El diario Die Presse pone el ejemplo del Bank Corp de Bulgaria. Cuando este banco se desplomó, tenía 1.800 millones de euros en depósitos, pero el fondo de garantía sólo alcanzaba hasta los 1.000 millones.
La prensa austriaca ha tomado buena nota de que Austria no es Bulgaria. Los demás debemos empezar a pensar por qué se habla tanto de la deuda griega y no tanto de la austriaca.