El rap es uno de los géneros musicales más castigados por la furia persecutoria de la Audiencia Nacional, que lleva años pulverizando cualquier clase de expresiones políticas, culturales o musicales mediante detenciones, juicios y castigos. El caso de los titiriteros ha sido el más escandaloso de los últimos tiempos, pero los jueces se han juramentado para no descansar hasta acallar a todo el mundo, sobre todo a los raperos.
Esta mañana el rapero mallorquín Josep Miquel Arenas, “Valtonyc” ha acudido a la Audiencia Nacional, donde le han informado de que la Fiscalía le pide la friolera de 3 años y 8 meses de cárcel por dos delitos de injurias al rey y enaltecimiento del terrorismo cometidos en una de sus composiciones musicales, “Circo Balear”.
Los hechos por los que se le juzgará se remontan a 2012, cuando el rapero fue detenido por proponer en su canción, cantada en idioma mallorquín, la “okupación” armada del Palacio de Marivent y señalar respecto al presidente de la asociación fascista Círculo Balear, Jorge Campos, que merece una bomba de destrucción nuclear.
El propio fascista de Campos le denunció porque este tipo de personajes disfrutan de la protección de los tribunales. En declaraciones a la prensa a la salida de los juzgados, Valtónyc ha expresado su sorpresa por lo elevado de la petición del Ministerio Público, que acabarán pidiendo la cadena perpetua para quienes ejerzan su derecho a expresarse libremente.
El rapero cuenta con el apoyo de organizaciones populares, como Endavant-Osan, una organización que denuncia la “represión policial-judicial” que está sufriendo el rapero mallorquín y justifican las letras de sus canciones “en el básico derecho a la libertad de expresión”.
También en Palma de Mallorca la policía ha detenido a una persona por un comentario en su perfil de Twitter contra un policía municipal fallecido en un accidente de tráfico. A la policía no le ha faltado imaginación, ya que le imputan casi todo el Código Penal: un delito de injurias, un delito contra la integridad moral y un delito de promoción del odio hacia la policía… pero no sólo a la policía municipal de Palma de Mallorca sino hacia todas las policías del mundo.
Esta es la situación real que desfila cada día por las comisarías y los tribunales, ante el silencio cómplice de los partidos, las ONG, los defensores de los derechos humanos y los colectivos de todos los colores.
Nada menos que 80 ONG se han juntado para iniciar los trámites de expulsión de Rusia de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. ¿No han visitado España?, ¿por que no se dan un paseo por la Audiencia Nacional para ver el estado de los derechos humanos aquí y ya de paso proponen la expulsión de España, ¿acaso sólo en Rusia se vulneran los derechos humanos?