La Guardia de la Revolución Islámica de Irán ha anunciado la detención de 12 miembros que pertenecían a una red de sabotaje, instruidos por elementos desestabilizadores con sede en Alemania y Países Bajos.
La víspera, la policía y las Fuerzas de Movilización Popular (Basij) manifestaron su disposición a combatir los intentos de desestabilizar el país.
Según el ministro de Seguridad, Esmail Khatib, Israel está detrás de los recientes disturbios acaecidos en diferentes puntos del territorio iraní.
A finales de octubre, el Ministerio de Inteligencia y el CGRI responsabilizaron a la CIA y los servicios secretos aliados de subvertir el orden interno.
El balance de las acciones contrarrevolucionarias en el interior de Irán -desde septiembre hasta la fecha- es de unos 200 muertos y más de 200 millones de dólares en daños.
Petróleo a cambio de frenar la desestabilización
Las potencias occidentales han impuesto condiciones al gobierno de Teherán para terminar su apoyo a los alborotadores, según un informe publicado por la cadena Al-Alam.
La cadena asegura que las potencias occidentales exigieron a Irán la inyección incondicional de petróleo y gas en el mercado energético mundial, en momentos en que enfrenta una profunda crisis de suministros.
Además, exigen a Irán aceptar las imposiciones sobre el tema nuclear y reconciliarse con Arabia saudí sobre los asuntos de la región.
Por último, exigen que termine la cooperación con Rusia.
Estas condiciones demuestran que las potencias occidentales utilizan la desestabilización como una herramienta e imponen una guerra mediática contra Teherán, bajo la cobertura del velo y el “feminismo”.