Observamos con preocupación que la actual cobertura mediática de la epidemia de coronavirus es principalmente angustiante y emocional. Ello se debe a dos factores por lo menos: por una parte, la presentación de las cifras no da una idea lo más realista posible de la gravedad de la epidemia y de la forma en que se está desarrollando en Suiza; por otra parte, la tendencia a poner de relieve casos individuales que no son muy representativos o situaciones muy especiales, como la de Bérgamo (Italia), sin ponerlos en perspectiva.
De hecho, el público suizo no dispone de la información necesaria para juzgar si las medidas adoptadas en nombre de su protección le parecen aceptables y justificadas, en particular habida cuenta de los efectos negativos que esas medidas ya tienen y tendrán cada vez más, entre otras cosas, en la salud de los habitantes.
Las autoridades federales no proporcionan ciertos indicadores que permitan analizar la situación de la mejor manera posible y, lamentablemente, en la gran mayoría de los casos, los medios de comunicación no los piden.
Ejemplos de información indispensable que las autoridades no comunican de manera proactiva son la evolución de la tasa de letalidad, los criterios con arreglo a los cuales se realizan las pruebas o la base sobre la cual se atribuyen las muertes a Covid-19 (¿basta con que un paciente que muere como portador de la infección por coronavirus diga que murió «a causa de Covid-19» o se aplican otros criterios?) Y desafortunadamente, hasta donde sabemos, virtualmente ningún periodista los ha reclamado.
En cambio, la Oficina Federal de Salud Pública (OFSP) y la gran mayoría de los medios de comunicación siguen presentando sistemáticamente en primer lugar el número acumulado de casos identificados y el número acumulado de muertes, reforzando así día tras día la impresión infundada entre el público de que una epidemia se está propagando como un incendio forestal y está haciendo estragos en nuestro país.
Esta impresión es infundada porque, hasta la fecha, los modelos que preveían un desarrollo dramático que podría poner en peligro nuestras infraestructuras sanitarias han demostrado ser erróneos: nuestras unidades de cuidados intensivos no están desbordadas, al contrario, incluso tienen capacidad suficiente para acoger a varias decenas de pacientes de Francia. E incluso en Italia, un análisis más detallado revela que la situación extremadamente difícil de Lombardía y, en menor medida, de Emilia-Romaña parece seguir limitada a esta zona geográfica, ya que ninguna otra región ha experimentado una evolución similar.
http://www.re-check.ch/wordpress/fr/medias-suisses-covid-19/
(*) Catherine Riva y Serena Tinari son periodistas suizas especializadas en salud pública. El artículo lo publicaron el 5 de abril, en la etapa culminante de la pandemia
"reforzando así día tras día entre el público la impresión infundada de que una epidemia se está propagando como un incendio forestal y está haciendo estragos en nuestro país"