La pareja fue condenada en junio del año pasado por terrorismo y ahora el Tribunal Supremo ha ordenado su inmediata puesta en libertad por tratarse de un montaje policial que pretendía aprovecharse de dos marginados para fabricar una provocación de grandes proporciones para consumo de los medios de comunicación del mundo entero.
Según una resolución de la magistrada, fechada a finales de julio, la policía preparó meticulosamente 28 escenarios diferentes, que iban desde una simple llamada telefónica a encuentros complejos de varios días, hasta que el 1 de julio de 2013 colocaron tres ollas explosivas, pero con los detonadores desactivados, ante el Parlamento provincial, momento en el que se produjo la detención de la pareja.
La Gendarmería Real de Canadá, según la magistrada, tendió una trampa a la pareja tras una operación de infiltración que se prolongó durante varios meses de 2013 cuyo objetivo era cometer una atentado terrorista de grandes proporciones durante la fiesta nacional del país norteamericano.
Los policías canadienses se infiltraron haciéndose pasar por hombres de negocios de origen árabe que iban acompañados de yihadistas fanáticos para animar a Nuttall y Korody a que cometieran un atentado terrorista.
“De manera agresiva, la policía decidió orquestar un plan para John Nuttal y Amanda Korody y les hizo asumirlo como propio. Ya hay bastantes terroristas en el mundo y sería deplorable que la polícía se haya puesto a inventar otros entre marginados que no tienen ni la capacidad ni la motivación suficientes para actuar por sí mismos”, dice la jueza en su resolución.
Como ven, la tarea de la policía no es prevenir ni investigar los delitos, sino crearlos por medio de tretas, engaños, infiltraciones y simulacros de todo tipo. ¿Células durmientes?, ¿lobos solitarios?, ¿radicalización exprés? Las atestados policiales son verdaderos guiones para el teatro y es una pena que las personas acaben en la cárcel por ese tipo de farsas.
Bien cierto. Cosa que se podría sacar fácilmente a la luz instituyendo un "Observatorio Nacional de Prisiones", mediante el que poder entrar diariamente en todas las cárceles y sus diversos módulos sin excepción, periodistas, familiares de internos y todo tipo de personas, para en principio sacar a la luz pública la enorme corrupción allí existente (y posteriormente prevenirla), que en su forma más repudiable lo es mediante esa figura de delito penal que es la manipulación documental, atendida sistemáticamente por la mayor parte de los jueces de vigilancia penitenciaria. Mediante ese tipo de observatorio se podría demostrar fácilmente esto que yo hube de sufrir largo tiempo. Es también lamentable la desatención padecida por los internos, que por cierto no delinquirían en tan grande porcentaje si no se vieran forzados a ello por la necesidad, desamparo y la falta de formación debido a un sistema de enseñanza pública que deja muchísimo que desear.