Entre el gobierno sirio y el eje Hezbolah-Teherán, las relaciones nunca han sido las mejores, a pesar de la alianza estratégica que los une. Pero las relaciones entre los dos aliados se han deteriorado recientemente debido a los contactos diplomáticos, a través de Moscú, entre Siria e Israel.
La semana pasada un centro de estudios sirio, Jusoor for Studies, con sede en Turquía, informó de que se había celebrado una reunión sirio-israelí en la base aérea rusa de Hmeimim, cerca de Latakia, por iniciativa de Moscú, lo que habría desencadenado inmediatamente un pequeño tornado en la esfera sirio-iraní. Tal movimiento va en contra de las orientaciones de Teherán, donde se oponen a cualquier acercamiento entre Siria e Israel.
Fuentes diplomáticas rusas aseguran que la reunión de Hmeimim no tuvo lugar. Se iba a celebrar, pero se aplazó cuando se filtró la información a propósito. Damasco acusa a Irán de estar detrás de la filtración, que fuentes de la oposición siria en contacto con Moscú confirman explicando que la reunión de Hmeimim fue una continuación de una serie de reuniones de seguridad sirio-israelíes celebradas el año anterior en París y Moscú. La última reunión entre sirios e israelíes tuvo lugar hace unas semanas en Chipre. La reunión de Hmeimim se estaba preparando, pero las filtraciones de los medios de comunicación hicieron que se pospusiera.
En los últimos años Damasco y Tel Aviv han empezado a intercambiar mensajes a través de Moscú, especialmente sobre la situación en los Altos del Golán. El objetivo de estos intercambios es encontrar un modus vivendi. Israel está interesado en sustraer la zona de la influencia iraní.
Además, desde hace varios meses se celebran reuniones tripartitas se entre funcionarios sirios e israelíes en presencia de oficiales de la Fuerza de la ONU de Observación de la Separación (FNUOS), con sede en el Golán. El objetivo de estas conversaciones es alcanzar un acuerdo basado principalmente en la ampliación del ámbito de actuación de las fuerzas de paz de la FINUL para mantener el Golán, y la ciudad de Quneitra en particular, libres de la influencia iraní.
El pasado mes de diciembre, el comandante de la FNUOS, el general Ishwar Hamal, visitó Beirut, donde mantuvo conversaciones con, entre otros, el comandante en jefe del ejército, Joseph Aoun, y el director de la seguridad general, Abbas Ibrahim, sobre temas de interés común, muy probablemente relacionados con la situación fronteriza.
Hezbollah niega formalmente cualquier conflicto con el régimen sirio, aunque algunos círculos reconocen que a veces ha habido diferencias de opinión política. Damasco es complementarió con Teherán. Irán y Siria se necesitan mutuamente y Rusia también necesita a las fuerzas iraníes en Siria, aunque el acuerdo entre ambos no sea perfecto. Teherán y Moscú discrepan en varias cuestiones estratégicas, como la posición de Rusia respecto al reciente aumento de las incursiones israelíes contra objetivos iraníes en Siria, con lo que Irán reprocha a Rusia que haga la vista gorda o incluso condone estos ataques.
Aunque minimiza el impacto de las diferencias con Siria, Hezbolah no oculta que apuesta por la reanudación de las negociaciones entre Estados Unidos e Irán con el nuevo gobierno de Biden. Considera que Irán sólo puede salir de estas conversaciones como ganador político. Teherán, dice un allegado al grupo chiíta, trabajará para volver a la situación que imperaba bajo el mandato de Obama. Sobre la base de este análisis, las intenciones atribuidas a su dirigente en su último discurso están siendo barridas en los círculos de Hezbolah.
Mientras se celebran las elecciones presidenciales sirias este año, Bashar el-Assad puede tener interés en distanciarse de los iraníes para acercarse a los países árabes y occidentales. A cambio, el presidente sirio estaría exigiendo el apoyo árabe y occidental a este paso, que por el momento no está asegurado.