Estados Unidos planea un choque militar con Rusia utilizando a Siria como pretexto

En la Guerra de Siria la novedad no es la nueva patraña del ataque químico de Jan Cheijun, algo muy oxidado, sino el bombardeo del aeropuerto de Al-Shayrat por la Marina de Guerra de Estados Unidos, que se ha puesto al frente sin tapujos. Ya no escuda sus ataques con intermediarios ni yihadistas.

Una vez que Estados Unidos ha dejado claras sus intenciones, todos le pasan el testigo a Rusia: ¿qué ha hecho?, ¿qué no ha hecho?, ¿qué va a hacer? Tras el bombardeo la pelota está, pues, en el tejado ruso y la primera pregunta es por qué los afamados sistemas de defensa antiaérea no destruyeron los misiles estadounidenses.

El periodista francés Thierry Meyssan recoge comentarios de diplomáticos árabes —argelinos más bien— según las cuales el Estado Mayor del ejército estadounidense advirtió a los rusos del ataque con antelación. De ahí concluye que el bombardeo estaba “pactado”, lo que es mucho decir y, además, no impide reconocer que Trump ha dado un salto cualitativo al que no se había atrevido Obama.

El bombardeo, añade Meyssan, fue irrelevante porque el aeropuerto estaba ruinoso y vacío y que Trump sigue adelante con su intento de cambiar la política imperialista hacia Oriente Medio de la mano de Rusia.

Algunas fuentes rusas van en la misma dirección de minimizar los daños causados por el bombardeo. La prensa rusa ha transmitido lo siguiente:

— Siria fue advertida del ataque y retiró sus aviones, las pérdidas han sido ínfimas, “sólo” han destruido 9 aviones sirios
— los sistemas de defensa antiaéreos sólo protegen al ejército y a la aviación rusos, no a los sirios
— cualquier respuesta hubiera supuesto una guerra nuclear con Estados Unidos

De manera significativa, los portavoces del Pentágono han respondido a la primera de las cuestiones, que es realmente irrelevante, y se han dedicado a enviar fotos a la prensa para demostrarle al mundo que sus misiles Tomahawk son mucho más eficaces de lo que dicen los rusos. El Daily Mail ha expuesto dichas fotos (*), que juegan el papel de trofeo de guerra.

Las fotos mostradas no son concluyentes sobre las pérdidas causadas, entre otras cosas porque en ella aparecen refugios de hormigón para proteger a los aviones de ese tipo de ataques aéreos. En cualquier caso, el objetivo del ataque no era causar daños a la aviación siria; ni siquiera a Siria. Para tratar con Siria el Pentágono utiliza a sus lacayos yihadistas. Para tratar con Rusia hacen falta otro tipo de instrumentos.

Como ya hemos dicho, el ataque al aeropuerto estaba dirigido contra Rusia y transmite un mensaje indubitado, que el Pentágono, además, no ha tratado nunca de ocultar. Entre las declaraciones oficiales y las oficiosas, han manifestado que “sin apoyo exterior” Siria no hubiera podido llevar a cabo el ataque químico de Jan Sheijun. “Sospechamos que los sirios han recibido ayuda”, ha dicho un alto oficial.

Como ven, en Washington nunca se quedan cortos; no sólo sostienen la fábula química sino que involucran en ella a los rusos (el “apoyo exterior”). En Siria se acabaron los intermediarios, los proxies y los recaderos. “Como mínimo los rusos no han sido capaces de controlar la actividad” de sus aliados sirios, dicen en Washington. “No podemos decir ahora el papel que los rusos han podido jugar” en el lanzamiento del ataque químico de Jan Sheijun. “Pero si hay una prueba cualquiera o una acusación creíble, deduciremos de ello las consecuencias al máximo de nuestras posibilidades”, añaden las fuentes gringas.

A los imperialistas se les puede achacar muchas cosas, excepto la de falta de determinación. Su continua referencia a las “pruebas” es un chiste para el entretenimiento de la propaganda mediática. En el momento en el que necesiten tratar directamente con los rusos, aparecerán esas “pruebas” y muchas más, incluso del sexo de los ángeles y de san francisco.

Los rusos son quienes mejor lo saben. ¿Por qué no paralizaron el lanzamiento de los misiles Tomahawk sobre el aeropuerto sirio? Porque habían firmado un protocolo precisamente para evitar ese tipo de provocaciones. Por eso han minimizado las pérdidas. Se le llama “no entrar al trapo” en el lenguaje corriente. Como en los duelos del siglo XIX, no hay que dejar que el adversario diga el cuándo, el dónde y el cómo. Ahora los rusos han borrado su firma del protocolo y así lo han advertido. Cualquier incidente puede escalar la guerra.

(*) http://www.dailymail.co.uk/news/article-4392962/Satellite-images-destruction-Assad-s-air-base.html

comentarios

  1. Así que vi el título de esta página lo primero que hice fue tomar el título e hipervínculo del trabajo de Donald Trump al que os referís en el texto, con la intención de aportarlo y deciros que ojalá estéis equivocados: «Donald Trump impone su autoridad a sus aliados: por Thierry Meyssan» voltairenet.org/article195907.html , pero ya veo que lo habéis leído y la tesis que aportáis no es la misma. Ojalá que os equivoquéis y tenga razón Thierry Meyssan. No me cabe desear otra cosa.

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