Holder, ministro de Justicia con Obama |
Aquel anuncio no decía nada nuevo. Convirtió en oficial algo que es práctica habitual: licencia para matar. Como, naturalmente, hay que buscar una coartada, el ministro se refirió a la lucha contra “el terrorismo”, cuando no hay otros terroristas diferentes de ellos mismos.
En Estados Unidos mueren anualmente más de mil personas por disparos de la policía, lo que hace un promedio de tres asesinatos diarios.
Las conclusiones son muy evidentes. La primera es que no hubo que esperar a Trump (el malo) sino que fue enunciado en tiempos de Obama (el bueno).
La segunda es que el terrorismo justifica cualquier cosa, eventualmente todo.
La tercera es que hasta el momento los asesinatos los cometían los militares fuera de Estados Unidos. Entonces los llamaban “guerras”. Ahora también están en guerra, pero contra su propia población.
La cuarta es que el papel de la policía ya no es detener sino matar, algo que también se ha exportado a todo el mundo y, en especial, a los Mossos d’Esquadra que se estrenaron en agosto en sus nuevas funciones.
La quinta es que si la policía puede matar, también puede secuestrar o torturar, como ya autorizaron previamente.
A todos estos países occidentales que les gustar alardear de derechos humanos, ¿que les queda por aprobar?, ¿qué no han intentado ya?
No es que los países occidentales marchen a pasos agigantados hacia el fascismo, una reedición de las barbaries del III Reich. Ya estamos metidos hasta el cuello en plena barbarie, que será de proporciones aún mayores que la anterior experiencia.
Como alguien preguntará por nuestras fuentes, les diremos que la noticia estaba en el siguiente enlace
No se preocupen por buscarla porque ha desaparecido. Es algo que no podía lucir en el sitio oficial de la televisión pública francesa. Nosotros la hemos recuperado y hemos tomado una imagen de ella para que conste.