Según el documento, titulado “Children of Austerity” (Los niños de la austeridad), los únicos países de la Unión Europea con mayor proporción de menores en situación de pobreza (según los índices utilizados) son Grecia y Rumanía.
En el estudio sobre el caso de España se subraya que la pobreza infantil se incrementó en el país un total de 9 puntos porcentuales entre 2009 y 2014 hasta alcanzar “casi al 40 por ciento” de los menores, si se utiliza la medida de “pobreza anclada”, que emplea un único umbral de pobreza (el de pobreza relativa de 2008) con independencia de las variaciones de la renta de la población durante este periodo.
El informe hace hincapié en los efectos que han tenido la crisis económica y las políticas de austeridad sobre la infancia en la Unión Europea, y concluye que, en conjunto, “la pobreza infantil aumentó en dos tercios de los países europeos”. El incremento fue de más de 15 puntos porcentuales en Chipre, Islandia y Grecia, y de 7 a 9 puntos porcentuales en Hungría, Italia, Irlanda y España, especifica el informe.
Los efectos han sido desiguales y en un mismo país como Reino Unido se da la situación de que en Irlanda del norte, la pobreza infantil anclada pasó del 23 por ciento al 27 por ciento, mientras que en territorios como Escocia, Inglaterra y Gales se redujo entre 2 y 4 puntos.
Los efectos de los recortes en los países europeos los sufrieron de forma particular las familias con hijos, algo que, según los responsables del estudio, en ocasiones queda “enmascarado” por la pobreza en términos de ingresos. “Las tasas de necesidades médicas desatendidas aumentaron de manera significativa entre los hogares pobres en Grecia. En España, los recortes en sanidad y educación afectaron a los niños”, aseguran.