Hay enfermedades a las que se consideraba como parte de la historia, del pasado, y que reaparecen porque el capitalismo y sus secuelas, el hambre y la desnutrición, siguen presentes, como en pleno siglo XIX, por más que los manuales de seudociencias traten a veces de encubrir su etiología bajo fetiches modernos omnipresentes, como los virus.
Es el caso del escorbuto, la “enfermedad de los marineros”, que ha reaparecido (si es que alguna vez se fue). Desde el siglo XVIII, se sabe que la causa de esta enfermedad es una deficiencia de vitamina C, es decir, la desnutrición, típica de quienes no comen frutas y verduras.
En los barcos las tripulaciones padecían escorbuto en las largas travesías que se prolongaban durante meses, cuando los alimentos frescos se acababan.
La vitamina C es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo humano. No puede ser fabricado por nuestro cuerpo y por lo tanto debe ser consumido por los alimentos. Se encuentra en muchas frutas o verduras como la guayaba, papaya, mango, naranjas, fresas, brócoli, coliflor…
Ahora Sciences Alert asegura (*) que los médicos han vuelto a detectar la enfermedad, y no entre los marineros precisamente sino entre la población “de tierra firme” de Estados Unidos.
“Diagnosticamos nuestro primer caso hace cinco o seis años”, dice el doctor Eric Churchill que dirige un equipo que investiga el escorbuto en las ciudades de Estados Unidos. “Desde entonces, hemos diagnosticado algo así como 20 ó 30 casos”.
La primera persona diagnosticada sólo comía pan y queso. Según el doctor Churchill, la pobreza lleva a muchas personas a consumir alimentos que son altos en grasas, altos en calorías y altos en nutrientes, que satisfacen más que el consumo de frutas y verduras.
Estados Unidos no es el único país afectado por el escorbuto. En 2016 investigadores australianos examinaron 11 casos de escorbuto detectados. Eran pacientes diabéticos que comían pocas frutas y verduras.
Un año antes, investigadores del Hospital Universitario de Limoges en Francia identificaron 10 casos de escorbuto entre 63 pacientes de 47 años de edad en promedio, que tenían deficiencia de vitamina C. No comían tres veces al día, algunos eran alcohólicos, otros tenían trastornos psiquiátricos o cáncer.
Los síntomas de la falta de ácido ascórbico incluyen fatiga abrumadora, pérdida de cabello y dientes, sangrado de las encías y dolor en las articulaciones.
(*) https://www.sciencealert.com/scurvy-coming-back-vitamin-c-poverty-massachusetts-boston-vitamania-movie