Estados Unidos tose y sus acólitos europeos se resfrían. El domingo el gobierno neerlandés declaró que había tomado una decisión “completamente excepcional” al intervenir una filial de la empresa china Wingtech, Nexperia, con el mismo pretexto sagrado de siempre: la seguridad nacional.
El 30 de septiembre el Ministerio de Economía neerlandés restringió las decisiones comerciales de Nexperia y sus filiales, privando así a los accionistas chinos del control sobre su empresa.
Posteriormente, Wingtech emitió un comunicado protestando contra este trato discriminatorio hacia las empresas chinas. Es un caso grave de acoso por parte del gobierno neerlandés a una empresa de chips controlada por China.
El objetivo es confiscar el capital y los activos tecnológicos que las empresas chinas han acumulado a lo largo de los años. El expolio forma parte de la guerra económica y reviste la forma de un auténtica “piratería informática”. La BBC señaló que el comunicado del gobierno neerlandés no explicaba por qué las operaciones de la empresa suponían algun tipo de riesgo.
El Financial Times asegura que las restricciones impuestas a China por el Departamento de Comercio de Esrados Unidos en septiembre ha exacerbó las tensiones entre los países occidentales y China en el sector de las altas tecnologías. La agencia Bloomberg reconoce que la caza emprendida contra las empresas chinas intensificarán aún más las tensiones entre China y la Unión Europea.
Las acciones del gobierno neerlandés contra Nexperia son extremadamente atroces, van mucho más allá de las regulaciones comerciales normales e implican una flagrante coerción política y connotaciones discriminatorias con la patente de corso de la “seguridad nacional”, no vacilando en acabar con la sacrosanta propiedad privada y los derechos de los accionistas, la economía de mercado y, en definitiva, todas y cada una de las normas que la Unión Europea ha proclamado de forma solemne.
No es un choque entre el gobierno neerlandés y una empresa china, sino una flagrante violación de las normas internacionales por parte de Países Bajos. La descarada persecución de las empresas chinas por parte de Estados Unidos está generando una preocupación a escala mundial entre los especuladores.
El lunes, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino montó en cólera y las represalias no tardarán en aparecer. El proteccionismo vuelve a estar de moda.
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