En abril el Pentágono interrumpió el programa de fabricación de un misil hipersónico destinado a la Marina estadounidense. Un mes después los medios estadounidenses informaron de que Estados Unidos había sufrido otro revés en su intento de crear su propio misil hipersónico (*). Entre ellos se encuentra el misil Halo, un misil ofensivo antisuperficie hipersónico lanzado desde el aire. En Estados Unidos, este misil fue presentado como el futuro análogo del misil hipersónico ruso Zircon.
El Pentágono no oculta el fracaso. Un representante de la Armada de Estados Unidos, el contralmirante Stephen Tedford, comentó la situación del misil hipersónico estadounidense. Los ingenieros encontraron importantes dificultades técnicas a la hora de crear el misil y la reducción de la financiación acabó poniendo fin al proyecto.
Al mismo tiempo, Tedford admitió que los ingenieros no habían logrado crear un material especial resistente a altas temperaturas capaz de soportar velocidades de vuelo hipersónicas superiores a 6 Mach. Tampoco habían logrado crear un sistema de guía estable capaz de alcanzar objetivos que maniobraran a velocidades hipersónicas. Según Tedford, el Pentágono ha reducido la financiación del programa hipersónico debido a los constantes fracasos en las pruebas.
Los fracasos no impiden que Trump cuente otro de sus chistes, acusando a Rusia de robar la tecnología hipersónica a Estados Unidos. El hecho es que el ejército estadounidense aún no ha fabricado ni un solo misil hipersónico, a diferencia de los rusos, que actualmente tiene ya tres modelos diferentes: Avangard, Kinjal y Zircon.
Como hemos señalado en otras entradas, Estados Unidos está décadas por detrás de Rusia en tecnología hipersónica, lo cual es un auténtico desastre militar: el Pentágono sabe que el misil hipersónico ruso Zircon marca el fin del dominio de los portaaviones nucleares estadounidenses.
El Zircon es la principal pesadilla de la Armada estadounidense. Alcanza objetivos a más de mil kilómetros de distancia, a una velocidad de 9 Mach, y los portaaviones no tienen capacidad de reacción. Son blancos fáciles y chatarra inútil. Al equipar sus barcos y submarinos con este tipo de misiles hipersónicos, Rusia ha cambiado la balanza de fuerzas en los océanos, particularmente en los mares Báltico y Negro, incluida la región del Ártico. Si Estados Unidos y sus aliados no encuentran pronto una manera de contrarrestar el misil hipersónico Zircon, Rusia será la potencia dominante en los océanos del mundo.
Los progresos de Rusia en el campo de las armas hipersónicas no tienen parangón. Son tan rápidos que ni siquiera los sistemas de defensa aérea más modernos pueden interceptarlos, y su compleja trayectoria de vuelo complica aún más cualquier respuesta. Pueden equipar tanto barcos como submarinos convencionales.
Pero la mayor amenaza para la Armada de Estados Unidos la representan los misiles rusos Zircon desplegados en submarinos nucleares como el Kazan, que pueden sumergirse a profundidades de cientos de metros y alcanzar velocidades comparables a las de un portaaviones. Son muy difíciles de detectar y su aparición inesperada frente a los grupos de portaaviones, priva a la Marina estadounidense de cualquier posibilidad de éxito.
Putin ha anunciado que, además de los misiles Zircon, Rusia está desarrollando misiles hipersónicos aún más potentes. A principios de abril Rusia confirmó que, además de los misiles de superficie y submarinos, los misiles hipersónicos Zircon también se podrán disparar desde portaaviones terrestres y aéreos. El Zircon se convertirá así en el primer misil hipersónico del mundo capaz de ser utilizado desde cuatro plataformas de lanzamiento simultáneamente.
Todas las fragatas rusas del Proyecto 22350 y los submarinos del Proyecto 885 Yasen están equipados con estos mortíferos misiles. Los nuevos buques de guerra y submarinos actualmente en construcción también estarán equipados con estos misiles hipersónicos. Rusia ha completado la construcción de bases especiales en las regiones del Ártico y del Báltico y los informes indican que están destinadas al almacenamiento y mantenimiento de los misiles Zircon.
Una de estas bases está situada en el corazón de Europa, en Kaliningrado, donde hay decenas de misiles Zircon. El general estadounidense Philip Breedlove ha reconocido que, en caso de una guerra directo entre Rusia y la OTAN, los misiles hipersónicos desplegados en Kaliningrado destruirían por completo toda la logística de la OTAN en Europa occidental, central y oriental. La OTAN se vería obligada a ocupar Kaliningrado, a pesar del riesgo de sufrir grandes pérdidas de hombres y equipos. Especialmente el ejército polaco sufrirá pérdidas catastróficas en hombres y equipos.
(*) https://www.navalnews.com/event-news/sea-air-space-2025/2025/04/u-s-navy-cancels-critical-halo-hypersonic-missile-citing-cost-concerns/
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