Estados Unidos se enfrenta a una explosión de pobreza. Según el HUD, equivalente al Ministerio de la Vivienda de Estados Unidos, este año el número de personas sin hogar ha aumentado significativamente: un 18 por cien. El año pasado el aumento fue del 12 por cien.
Más de 770.000 personas se quedaron sin vivienda durante una sola noche en enero de 2024, asegura el HUD.
El fuerte aumento de los alquileres ha arrojado a una multitud a la calle, debido a que los salarios no alcanzan para hacer frente a los pagos del alquiler.
Las asociaciones de acogida de refugiados han declarado un fuerte aumento en el número de personas en sus albergues. Las familias sin hogar aumentaron un 39 por cien durante el año, y las cifras incluso se duplicaron en las regiones donde los movimientos de poblaciones inmigrantes son más fuertes.
Las personas de raza negra tienen una representación desproporcionada entre las personas sin hogar, siendo el 37 por cien de todas ellas y el 50 por cien de las personas sin hogar en familias con niños.
En 2022 Biden aprobó lo que calificó como un plan estratégico para prevenir y acabar con la falta de vivienda. Pretendía ser “el esfuerzo más ambicioso de cualquier gobierno para evitar que las personas se queden sin hogar”. El objetivo era reducir la falta de vivienda en un 25 por ciento para 2025.
Obviamente, el fracaso no ha podido ser más estrepitoso.