Foreign Policy llama la atención sobre la ausencia de Estados Unidos de la negociaciones que han allanado el camino a la tregua y que incluyeron a Rusia, Irán y Turquía. La no participación de Estados Unidos hace que las perspectivas del cese el fuego sean más sólidas y significa una victoria para Rusia y Siria, señala el experto estadounidense en temas sirios Joshua Landis.
El experto considera que la insistencia de la Administración Obama en el derrocamiento de Al-Assad le convertían en un interlocutor poco adecuado para negociar este tipo de acuerdos de cese el fuego. De hecho, el actual es el tercer acuerdo de este tipo. Los otros dos anteriores, negociados entre Washington y Moscú, colapsaron a las pocas semanas.
“Al permanecer en silencio y abstenerse de acudir a estas conversaciones, Washington ha permitido la victoria de Assad y de Rusia”, señaló Landis.
Las partes han acordado que la lucha del ejército sirio contra el Frente Al-Nosra, el Califato Islámico y Yund Al-Aqsa continuará como hasta ahora. Sin embargo, otros grandes grupos armados, como Ahrar Al-Sham, no han firmado el acuerdo, lo cual deja la situación militar sobre el terreno en una forma bastante similar a la que existía hasta ahora.
La revista señala que es difícil separar a los grupos sobre el terreno debido a las alianzas locales y temporales que suscriben entre ellos. Las unidades del Frente Al-Nosra están mezcladas además con los grupos llamados “moderados” por Estados Unidos.
Otro problema para la revista es el tema de los kurdos, que han quedado excluidos de las negociaciones por el expreso deseo de Turquía. El cese el fuego no afectará a las operaciones turcas y del llamado Ejército Sirio Libre, apoyado por Turquía, contra las milicias kurdas del YPG, apoyadas por Estados Unidos. Esto podría llevar a una continuación de los combates en el norte de Siria entre las dos fuerzas.
“Turquía, por su parte, ha advertido a los grupos armados que va a cerrar la frontera para ellos y que el mundo ha dado su espalda a cualquier esfuerzo militar para expulsar del poder al presidente sirio, Bashar Al-Assad”, señala Landis. Eso podría allanar el camino hacia la solución política que Al-Assad y los rusos han favorecido durante mucho tiempo: el fin del apoyo internacional a la insurgencia siria, permitiendo a Damasco poner fin al conflicto en sus términos”, señala Foreign Policy.
“El régimen negociará una amnistía con las milicias con las que puede lidiar, y matará o expulsará de Siria a todos aquellos que se nieguen a aceptar la paz, o a quienes considere irredimibles o yihadistas”, escribe Landis.