El hospital pediátrico de Kiev fue alcanzado por un misil de la defensa antiaérea ucraniana

Para ganar una guerra un ejército necesita destruir objetivos militares. No ataca una plantación de arroz, ni bombardea un hospital pediátrico, que son acciones características de quienes, como la OTAN, tienen otros objetivos porque saben -desde hace mucho tiempo- que han perdido la Guerra de Ucrania.

Si las guerras las ganaran los periodistas, la OTAN habría triunfado rápidamente. No hay quien pueda hacer la competencia a la fabulosa difusión de bulos que es capaz de poner en circulación la OTAN y sus altavoces.

Cualquier medio alternativo tiene una doble tarea por delante, que es muy fatigosa por lo repetitiva. Hay que insistir -una y otra vez- en que una determinada “noticia” que circula ampliamente es falsa y, acto seguido, explicar lo que realmente ha ocurrido.

Es lo que ha ocurrido con el ataque del lunes contra el hospital pediátrico Ojmatdyt de Kiev: no fue perpetrado por la artillería rusa, como dicen los medios, sino que fue un fallo de la defensa antiaérea ucraniana.

El bombardeo fue grabado por cámaras de vigilancia, gracias a las cuales es posible identificar el misil que impactó en el hospital. No fue un misil de crucero ruso X-101 sino de un misil AIM-120 del sistema antiaéreo NASAMS de la OTAN.

La identificación es incuestionable por la forma característica del misil y sus aletas, sus dimensiones, así como por las proporciones lineales (longitud y diámetro) y la dispersión cónica antiaérea en múltiples fragmentos.

El misil ruso X-101 mide 745 centímetros de largo y 74,2 de diámetro. La relación es de uno por diez. Si el misil fuera un X-55, la longitud sería de 588 centímetros por 51,4 de diámetro, una relación de uno por 11,4.

Pero el misil AIM-120 de la OTAN es bastante más pequeño. Mide 366 centímetros de largo y 17,8 de diámetro. La relación es de uno por 20,6.

Pues bien, en las imágenes de vídeo se observa que la longitud del misil supera en más de 15 veces su diámetro.

Pero hay más detalles, como la ausencia del característico silbido de llegada del X 101 ruso.

La trayectoria demuestra que el misil procedía del oeste (interior de Ucrania) y no del este (Rusia).

Los ucranianos evacuaron la zona para prohibir la recogida de escombros e impedir que aparecieran los restos de su misil antiaéreo, al tiempo que presentaban ante las cámaras de la relevisión los restos de un misil ruso traído de una zona de guerra.

Los cazadores de bulos ya se pueden poner en marcha para denunciar a los que difunden bulos en las cadenas de televisión, las agencias de noticias y los medios digitales.

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