El gobierno de Meloni ha cambiado su estrategia respecto a Ucrania, en un contexto de agotamiento de los fondos, así como de tensiones dentro de la coalición gobernante.
El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, ha dado una explicación pintoresca. Dice que, a causa de las actuales negociaciones para un acuerdo de paz, es prematuro unirse al programa PURL (Prioritised Ukraine Requirements List, Lista de Peticiones Prioritarias de Ucrania), mediante el cual los aliados de la OTAN adquieren armamento de Estados Unidos para Ucrania.
“Si alcanzamos un acuerdo y cesan las hostilidades, ya no hará falta armamento”, dijo Tajani. “Se necesitarán otras medidas, como garantías de seguridad”.
Roma promete continuar con su apoyo a Kiev, aunque ha sido el primero en Europa en declarar explícitamente la inconveniencia de proporcionar ayuda militar adicional en este momento, mientras se negocia un alto el fuego.
Tras algunas dudas, Roma manifestó en octubre su disposición a unirse al llamado programa PURL de la OTAN, que se puso en marcha después de que Washington redujera los envíos de armas a Ucrania durante el verano.
Las recientes negociaciones para la paz en Ucrania no han logrado resultados significativos hasta la fecha. Las declaraciones de Tajani contrastan con las del principal grupo de presión de defensa europeo, la Asociación de Industrias Aeroespaciales, de Seguridad y de Defensa de Europa, que el ayer advirtió que el continente debería seguir incrementando su producción de defensa a pesar de la perspectiva de un alto el fuego en Ucrania.
El gobierno ucraniano ha declarado que necesitará 1.000 millones de euros adicionales en envíos de PURL para defenderse durante el invierno. Aproximadamente dos tercios de los aliados de la OTAN participan en el programa, según ha declarado el secretario general de la alianza, Mark Rutte.
El programa PURL es una iniciativa lanzada por la OTAN en julio, dentri el marco de un acuerdo entre Trump y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Su objetivo principal es coordinar y financiar la adquisición de armamento y equipo militar estadounidense para apoyar a Ucrania en su guerra contra rusa, permitiendo que los países europeos (y Canadá) realicen contribuciones voluntarias de manera regular.
Los países participantes aportan dinero a un fondo común, basado en una lista prioritaria de necesidades definida por Ucrania en coordinación con Estados Unidos y la OTAN. Estos recursos se utilizan para comprar armas y tecnología directamente de proveedores estadounidenses (como misiles Patriot, municiones de artillería o sistemas de defensa aérea), que luego se transfieren a Ucrania.
El objetivo busca agilizar las entregas y evitar duplicidades, sirviendo como alternativa a las donaciones gratuitas directas de Estados Unidos, principal beneficiario del dinero. Estados Unidos pone las armas y Europa el dinero.
Hasta diciembre de este año los aliados europeos han gastado 5.000 millones de dólares en entregas mensuales a Ucrania de alrededor de 1.000 millones de dólares cada una.
Países como Alemania, Polonia, Noruega, Países Bajos, Dinamarca y Suecia han sido los mayores donantes, con paquetes recientes de 500 millones de dólares para misiles Patriot.
—https://www.bloomberg.com/news/articles/2025-12-03/italy-slams-brakes-on-nato-program-to-buy-us-weapons-for-ukraine