Según el Código Penal vigente, espiar las comunicaciones de internet es un delito.
Luego el gobierno español, el espionaje español y la policía españolas son unos delincuentes que deben ser detenidos, juzgados y llevados a prisión.
El delito se ha descubierto cuando la empresa Hacking Team, con sede en Milán, ha sido pirateada y se han visto las facturas emitidas a nombre del gobierno español. Según las primeras informaciones, el precio del delito asciende a 3,4 millones de euros.
En junio del año pasado la empresa rusa Kaspersky ya reveló que había descubierto que tres de los clientes de Hacking Team se encontraban en España. Ahora, según los documentos filtrados, el CNI tiene firmado un contrato con la empresa italiana válido hasta enero de 2016 por valor de 3,4 millones de euros. La Policía Nacional también consta como un antiguo cliente cuyo contrato ya ha caducado, mientras seguimos sin conocer el tercer contratista nacional.
Desde hace unas horas circula por internet el archivo de más de 400 GB que contienen todo tipo de información sobre sus actividades: claves, código fuente de los programas de espionaje y virus que han vendido a los gobiernos para que infecten nuestros ordenadores y registren nuestra vida privada.
El pirateo de los piratas ha capturado muchos correos electrónicos, por lo que se ha descubierto que la Policía Nacional española y el CNI encargaron a una empresa privada de piratas informáticos que se entrometan en sus ordenadores, graben sus mensajes, capturen sus fotos, así como el intercambio de sus mensajes.
Además del gobierno español, los piratas de Hacking Team trabajaban por cuenta de los gobiernos de Egipto, Rusia, Arabia saudí, Kazajistán y Sudán.
Los piratas de los piratas también se han hecho con el control de la cuenta oficial de Twitter de Hacking Team desde donde han contribuido a difundir los datos expuestos, además de modificar el logo y la sucia historia de la empresa italiana de mercenarios.
Algunos de los miembros de Hacking Team han intentado disuadir a los usuarios de la descarga del archivo, alegando de que se trata de un virus, aunque obviamente estos intentos un tanto desesperados no han tenido mucho éxito.
Uno de esos canallas es el italiano Christian Pozzi, cuyas claves y otra información privada han sido expuestas al público tras el ataque pirata. A través de su cuenta de Twitter Pozzi ha pedido a que se deje de difundir información falsa.
Pozzi no ha sido el único cuyas claves han sido filtradas a través del ataque, sino muchos otros mercenarios han visto cómo sus cuentas en redes sociales, instituciones financieras y claves de red han salido a la luz. También las de numerosos clientes, como el gobierno español.
En varias ocasiones Hacking Team ha sostenido que nunca ha mantenido tratos con gobiernos de carácter opresivo, una afirmación que ahora se pone en duda con la lista de países que se ha filtrado, ya que han aparecido documentos que prueban que países como Egipto y Etiopía pagaron respectivamente unos 58.000 y 43.000 euros por la herramienta de control remoto de la empresa, además de otros servicios profesionales y equipos de comunicaciones.
Especialmente flagrante es el caso de Sudán, del que se ha filtrado una factura de 480.000 euros, cuando en su día Hacking Team aseguró que nunca había hecho negocios con el gobierno de este país, cuyas fuerzas de seguridad han sido denunciadas en repetidas ocasiones por sus crímenes.
¿Y quién le pone el cascabel al gato? ¿Nosotros los corderos, llevarlos a prisión?
Ojalá fuera ese el peor o más común de los delitos cometidos por esta gentuza.