La policía búlgara los detuvo en el puesto fronterizo de Gyueshevo. Se trata de jóvenes de edades comprendidas entre los 20 y los 24 años de edad que trataron de sobornar a un guarda fronterizo con un fajo de dólares. Cuando fueron cacheados se les encontró propaganda del Califato Islámico, oraciones yihadistas y vídeos mostrando decapitaciones en sus teléfonos móviles.
Tras su detención, los cuatro pasaron a manos del DANS, el servicio secreto búlgaro, que se va a hacer cargo de la instrucción de la causa bajo la dirección del fiscal regional de Kyustendil.
Según los medios locales, los jóvenes habían atravesado una zona boscosa y subieron a un vehículo conducido por un cómplice que había cruzado la frontera legalmente procedente de Serbia.
Bulgaria, que pertenece a la Unión Europea, acaba de blindar sus 90 kilómetros de frontera sur con Turquía con alambre de púas de 5 metros de altura para controlar una gigantesca marea de personas procedentes de Oriente Medio.
Sin embargo, el puesto fronterizo que los detenidos pretendían atravesar no está al sur sino al oeste, lindante con Macedonia, posiblemente para eludir los estrictos controles impuesto en otras zonas fronterizas.
El 8 de setiembre la cadena de televisión húngara M1 dijo que los servicios secretos de aquel país habían identificado a dos yihadistas del Califato Islámico entre la riada de refugiados gracias sus perfiles en Facebook.
En mayo un consejero del gobierno libio anunció que miembros activos del Califato Islámico estaban entrando ilegalmente en Europa en las balsas que utilizan los emigrantes.
En febrero la inteligencia turca alertó a la policía de que 3.000 yihadistas procedentes de Irak y Siria trataban de penetrar en Turquía para desplazarse luego a Bulgaria y Hungría.
4.000 yihadistas regresan a Europa camuflados como refugiados sirios