La huelga comenzó el 26 de diciembre de 1919 pero el intento de sublevación del Cuartel del Carmen a principios de enero de 1920, a cargo del anarquista Ángel Chueca, conllevó la declaración del Estado de Guerra en la ciudad y paralizó el movimiento huelguista, pero no lo hizo desaparecer, ni solucionó el problema.
La llegada de febrero y el fin del Estado de Guerra reactivó la huelga. El 1 de febrero los patronos despidieron a más de un centenar de trabajadores que no se presentaron en sus puestos.
El 6 de febrero los dependientes de hoteles y restaurantes se afiliaron al Sindicato Único de Alimentación, quedando al margen la sociedad obrera de camareros. A mitad de febrero hubo cafés que aceptaron las demandas de los trabajadores iniciando el Sindicato Único una campaña de boicot contra los locales que no las aceptaron.
El día 22 de febrero se alcanzó un punto de inflexión. Ese día explotó una bomba en el café Royalty y fueron desactivadas otras dos en los cafés Central y Moderno. Eran tres de los cafés más conocidos de la ciudad.
Según testigos presenciales un individuo depositó una bomba dentro del Royalty. La explosión, a las 15.45 horas, fue tremenda y causó grandes daños materiales, también resultaron heridas varias personas.
Por la noche se descubrieron bombas en los cafés Central y Moderno, que no llegaron a detonar. La policía detuvo a dos personas, un conocido y significado anarquista, Victoriano Gracia, fue acusado de fabricar la bomba y entregársela a Eugenio Pascual Ventura para su colocación en dicho café.
Eugenio era un viejo conocido de la policía, con condenas por estafa, tenencia y disparo de armas e injurias. Ambos detenidos se enfrentaron a un largo proceso penal, con muestras de solidaridad hacia ellos.
A pesar de las detenciones, las explosiones continuaron. A finales de febrero el Gobernador Civil clausuró el Sindicato Único, el Centro Obrero de Camareros y prohibió todo tipo de reuniones obreras. Pero la huelga continuaba.
En abril hubo otro importante atentado que las autoridades y la prensa relacionaron con la huelga de los camareros. La madrugada del 2 de abril, Agustín Flaños y Ángel Romero salían de tomar algo en el Royal Concert, actual sala Oasis, y fueron sorprendidos por un grupo de personas armadas que acabó con sus vidas.
Agustín era un esquirol en la huelga, lo que sirvió a las autoridades para relacionar el crimen con los huelguistas y detener a los máximos sospechosos. Tres anarquistas, ninguno de ellos pertenecientes al sindicato de Alimentación, fueron detenidos.
Ante la detención de otra veintena de sindicalistas se produjo un paro obrero que se extendió a Calatayud, Épila, Gallur, Alagón y Pastriz, además de los sabotajes; como las dos explosiones en los jardines de Capitanía General.
Un año después los tres detenidos por el crimen fueron declarados inocentes y el tribunal dejó en el aire la autoría de los asesinatos, pero abriendo la posibilidad de que fuese un crimen por robo.
Unos días antes del atentado del Royal Concert, se sucedieron múltiples explosiones en cafés de toda la ciudad. El 30 de marzo explotaba una bomba frente al Gobierno Civil y el 31 de marzo explotaba otro artefacto frente al café Ambos Mundos.
El 5 de mayo se dio por finalizada la huelga tras la liberación de varios presos y la promesa de reabrir los centros obreros. La huelga terminó sin que se lograsen los objetivos marcados.
El uso de la represión y la fuerza por parte de las autoridades marcaría el devenir de las siguientes huelgas que jalonarían todo el año 1920. Huelgas laborales, huelgas políticas con atentados, sabotajes, muertos y detenciones indiscriminadas.
https://arainfo.org/1920-2020-la-huelga-de-camareros-y-camareras/