Crisis de la energía eólica: Vestas abandona la construcción de una fábrica en Polonia

La industria eólica marina europea se encuentra sumida en una crisis. El fabricante de aerogeneradores Vestas anunció el sábado la suspensión de sus planes de construir una fábrica de palas en Polonia debido a una demanda de energía eólica marina inferior a la esperada en Europa.

Es otro ejemplo de la crisis económica y política que vive el sector a ambos lados del Atlántico. La empresa danesa Vestas es la principal fabricante de aerogeneradores de Europa.

Se esperaba que la fábrica de Szczecin, cerca del mar Báltico, empleara a unos mil trabajadores y produjera palas de 115 metros de altura para los aerogeneradores más potentes para 2026. En una planta vecina, el fabricante danés ya está ensamblando las góndolas y los bujes de este modelo de 15 Mw. En las cercanías, también adquirió en septiembre una fábrica de palas para aerogeneradores terrestres.

La decisión supone un revés para el gobierno del primer ministro polaco, Donald Tusk, que quiere impulsar la industria local de energías renovables y acabar de cerrar las minas de carbón de su país. Está previsto que el primer parque eólico marino del país, equipado con turbinas Vestas, entre en funcionamiento el próximo año.

El declive del fabricante danés de turbinas, cuyas plantas se ubican principalmente en su país de origen, refleja la desaceleración de los nuevos proyectos de parques eólicos marinos en varios países europeos importantes. Las empresas energéticas, clientes de Vestas y de su principal competidor, Siemens Gamesa, se ven afectadas por el aumento de los costes de las materias primas, en particular el acero, el aumento de los tipos de interés y los cuellos de botella en las cadenas de suministro de los proyectos eólicos.

Además, los gobiernos ya no subvencionan este tipo de energía aumentando el precio de compra de la electricidad producida en las instalaciones marinas. Varias licitaciones se han cancelado en Alemania, Dinamarca e incluso recientemente en Francia debido a la falta de licitadores.

Al otro lado del Atlántico, dos importantes proyectos de Orsted y Equinor fueron cerrados abruptamente por el gobierno estadounidense en los últimos meses. Solo pudieron reanudarse tras fallos judiciales favorables a los propietarios de los proyectos.

En Francia solo dos candidatos se han presentado a la última licitación eólica marina. La acaba de ganar TotalEnergies, que favorece la compra de turbinas fabricadas en Francia por Siemens Gamesa. Para el Ministerio de Economía es una forma de asegurar la cartera de pedidos de la planta de Le Havre, tras el anuncio de un plan de despidos en GE Vernova en Loira Atlántico el año pasado. TotalEnergies aún necesita encontrar un nuevo aliado industrial y financiero para este proyecto, tras la retirada de su socio, la alemana RWE.

La industria francesa lleva meses esperando la licitación de nuevos parques eólicos. En particular, una licitación de 8 a 9 GW, el triple de la capacidad ya en funcionamiento o en construcción en el país. Esta licitación está pendiente de la publicación de la nueva estrategia energética de Francia, pendiente desde hace meses y objeto de intensa tensión política.

La Agencia Internacional de la Energía ha reducido recientemente sus previsiones de crecimiento para la energía eólica marina mundial en un 27 por cien con respecto al año pasado. Los acontecimientos de los últimos meses ya se han cobrado su primera víctima. La promotora danesa Orsted, cabecera en energía eólica marina, ha perdido la mitad de su valor bursátil en un año. Para recuperar el aliento, esta empresa, propiedad al 50 por cien del Estado danés, realizó este mes una ampliación de capital récord de 8.000 millones de euros. También anunció el despido de una cuarta parte de su plantilla.

Aprovechando la debilidad de las empresas europeas, el 10 de octubre los chinos meten la cuchara en el mercado. Mingyang anunció una inversión de 1.730 millones de euros en Escocia, sujeta a la aprobación del gobierno británico, para una fábrica de aerogeneradores que se espera que emplee a 1.500 trabajadores.

Pero lo primero es siempre la “seguridad nacional” y el gobierno Trump ya ha advertido a Londres que tiene que sumarse al bloqueo contra China y no admitir a Mingyang en la puja.

China también se ha apoderado de este mercado. Junto con Goldwing y Envision, Mingyang se ha consolidado como grupo cabecero mundial del sector en los últimos años, con aerogeneradores cada vez más gigantescos. Tras beneficiarse del auge de su mercado interno, que ahora representa más de la mitad de la nueva capacidad instalada, aspiran a consolidarse en los mercados emergentes y en Europa.


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