Antes de seguir, decir que manda eggs que la decisión consistorial sea noticia, es decir, que sea noticia lo que se tenía que haber hecho -eliminar del callejero madrileño y del resto del Estado todo rastro franquista- hace mucho tiempo. De la caverna es previsible su reacción facha y su teoría (?) de que en ambos bandos se cometieron atrocidades y que, por lo tanto, si quitamos la calle General Yagüe, por ejemplo, también habría que quitar la calle Largo Caballero, verbigracia. El «pijoprogresismo» -término acuñado por, a todo esto, el tea party español, pero que tomamos prestado-, tratando de hilar más fino, hace más el ridículo que la fachongada, pues gusta de COMPARAR la situación de España y la de la Alemania nazi bajo Hitler. Y esgrimen su argumento favorito y ya muy sobado que comienza -y acaba- con una pregunta: ¿alguien -que sea demócrata, se sobreentiende- se imagina que en Berlín -o en Múnich- haya calles o monumentos dedicados a Hitler o a Goebbels o a Göering a día de hoy? Respuesta de fachas y pijoprogres: no. Pero hay trampa en la pregunta que seguro ya ha adivinado el lector/a. Y es que en Alemania -y en media Europa- el nazismo perdió la guerra y hubo un Nürembreg, bien que bastante descafeinado por los norteamericanos, pero, vaya, lo hubo (como también en Japón, dato que suele olvidarse) lo que explica que en Berlín y en toda Alemania no haya ni una puta calle, travesía o alameda, con el nombre de los jerarcas nazis. Cosa distinta e INCOMPARABLE es lo que pasó en España y no hace casi ni falta recordar, pero por si acaso lo haremos no sin antes exclamar aquello de qué tiempos estos, señores, en que hay que recordar lo que es evidente. Pues bien, en el Estado español ¡¡no hubo ni derrota del fascismo, ni Nürembreg ni cristo que lo fundó salvo la Iglesia que bendijo la «cruzada»!! Lo que explica que todavía haya en las calles -y en los muros de muchas Iglesias- nombres de facciosos que ganaron la guerra del 36-39 del siglo pasado.
En Alemania, en Europa, hubo lo que aquí no hubo, pasó lo que aquí no pasó. De acuerdo en que el tiempo pasa y los tiempos cambian, cómo no, propio de idiotas sería negarlo, pero, ESENCIALMENTE, las magnitudes SON INCOMPARABLES (*) sub speciae eternitatis, latinajo que significa «al margen de la duración», es decir, del tiempo que pase, y ello porque el tiempo, por sí mismo, no cambia nada: son los hombres quienes cambian las cosas y la Historia, aun, muchas veces, sin saberlo.
Así dicha la cosa, se explica un poco mejor, o eso creemos. Buenos días.
(*) Comparable sería el, vale decir, hitlerismo con el franquismo, o el fascismo italiano, fenómenos homogéneos pero no similares, pero no lo sería, en absoluto, las consecuencias de un nazismo y mussolinismo derrotado a un franquismo que no lo fue. Y, como decía aquél, de aquellos barros estos lodos.
¿Y el valle de los caídos no han dicho de dinamitarlo?
Ya hubo organización armada revolucionaria que lo intentó.