Los bancos utilizan paraísos fiscales para evitar el pago de los impuestos que les corresponden, facilitar a sus clientes la elusión de estos o sortear ciertas regulaciones o requisitos legales.
Las empresas subsidiarias ubicadas en paraísos fiscales resultan de media el doble de lucrativas para los bancos que las ubicadas en otros lugares. Por cada 100 euros de actividad, las entidades bancarias obtienen un rendimiento de 42 euros en los paraísos fiscales, en comparación con los 19 euros que ganan de media en otras ubicaciones.
El informe señala que un empleado de banco en un paraíso fiscal genera un beneficio medio de 171.000 euros anuales, cuatro veces más que un trabajador medio, que aporta un promedio de 45.000 euros anuales.
En 2015 los bancos europeos obtuvieron al menos 628 millones de euros en beneficios en paraísos fiscales en los que no contaban con ningún trabajador. Por ejemplo, el banco francés BNP Paribas ganó 134 millones de euros libres de impuestos en las Islas Caimán, donde carecen de personal.
Algunos bancos han reportado beneficios en paraísos fiscales pese a reportar pérdidas en otros países. Así, el banco alemán Deutsche Bank registró en 2015 escasos beneficios o incluso pérdidas en sus principales mercados, mientras obtuvo 2.000 millones de euros en paraísos fiscales.
En 2015 los 20 principales bancos europeos ganaron 4.900 millones de euros en Luxemburgo, más de lo que obtuvieron en Reino Unido, Suecia y Alemania juntos.