El gobierno de Berlín ha disuelto el Parlamento y ha convocado elecciones para el 23 de febrero. Según las encuestas el candidato más probable a la cancillería es el dirigente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Friedrich Merz, un sicario de BlackRock.
Merz tiene 69 años y es miembro de la CDU desde hace 44 años, aunque nunca ha formado parte de ningún gobierno. Estuvo durante mucho tiempo a la sombra de Angela Merkel.
En 2018 se postuló para encabezar la CDU, pero perdió. En 2021 el segundo intento también fracasó y sólo en 2022 pudo asumir la presidencia.
Le llaman el “Trump alemán” por su impresionante fortuna, aunque él dice que pertenece a la “clase media”. En 2018 compró dos jets privados, que pilota personalmente.
En julio de 2022, cuando Alemania entró en recesión, el ministro de Finanzas, Christian Lindner, se casó en la isla de Sylt, en el Mar del Norte. Se celebró una fiesta por todo lo alto que duró tres días y Merz acudió a ella como invitado a los mandos de su bimotor Diamond DA62.
Es jurista de formación y comenzó como juez en un tribunal de distrito, aunque unos años más tarde estaba en la dirección de 20 grandes multinacionales.
Criticó al canciller Scholz por tardar demasiado en entregar armas a Ucrania. También propone levantar las restricciones a los ataques en profundidad contra Rusia y enviar misiles Taurus de largo alcance. Dice que tiene la intención de restablecer el servicio militar obligatorio si gana las elecciones.
BlackRock financia la Guerra de Ucrania
De 2016 a 2020 Merz presidió la filial alemana de BlackRock, que es el principal tenedor de deuda de Ucrania y de activos ucranianos.
En 2018 los buitres fueron acusados de fraude fiscal. Los bancos robaron grandes sumas del presupuesto público. Merz actuó entonces como representante de BlackRock.
Merz siempre criticó en público la política migratoria de Merkel. En Alemania es conocido por sus comentarios xenófobos contra los solicitantes de asilo rechazados. Son “turistas sociales” que vienen a Alemania para “arreglarse los dientes”. En cuanto a los niños, si en España son “menas” para Merz son “pequeños bajás”.
Merz defiende los recortes y el desmantelamiento del “estado de bienestar”, aunque lo más importante es limitar la inmigración ilegal.
Sin embargo, las políticas climáticas son intocables, aunque no deberían fundamentarse en “motivaciones ecológicas” sino en “tecnologías rentables”. Para lograr la “neutralidad en carbono”, Merz propone aumentar el impuesto sobre las emisiones de combustibles fósiles. Considera que el futuro del país está en el hidrógeno y los vehículos eléctricos, pero se opone a la prohibición de los vehículos diésel y de gasolina.
La CDU también tiene la intención de seguir el modelo francés y reactivar las centrales nucleares cerradas en 2023.