Según el Ministerio de Justicia, se han dictado más de 3.000 condenas, un tercio de las cuales han dado lugar a penas de prisión firmes. Hasta principios de julio se habían emitido aproximadamente 440 órdenes de busca y captura (1). Entre noviembre y julio, tribunales pequeños, como el de Boulogne-sur-Mer (Pas-de-Calais), juzgaron 44 casos por las manifestaciones de los “chalecos amarillos”. En Tarbes (Altos Pirineos), 86 personas han sido procesadas. En París, el escenario principal de las manifestaciones, la fiscalía ha acusado a 626 personas de los casi 3.000 detenidos por la policía (2).
A finales de marzo se habían impuesto más de 300 penas de prisión, con suspensión condicional de la ejecución. De febrero a junio la actividad del Juzgado de lo Penal de Clermont-Ferrand se centró en los hechos ocurridos el 23 de febrero, el Acto 15 de los “chalecos amarillos”.
Un hombre de 28 años acusado de violencia grave y desacato fue condenado a finales de junio a 18 meses de prisión, incluidos 12 meses de trabajo en una granja. Los videos lo mostraban de frente rompiendo una piedra para lanzar proyectiles a los policías. “He sido contrario a la policía desde que era un niño”, dijo el acusado en el juicio.
La violencia contra la policía y los daños siguen siendo las principales razones para condenar a prisión. “Han sido procesados por violencia contra la policía, la mayoría de las veces negada por los acusados”, según una abogada de Lille que defiende a los “chalecos amarillos”. Muchas de las condenas se basan únicamente en el testimonio de la policía.
Los actos condenados no sólo incluyen los cometidos durante las manifestaciones. Alrededor de 30 sentencias se refieren a incendios y daños a los radares, que van desde cuatro meses de prisión con suspensión de la ejecución de la pena, hasta un año de prisión.
Las condenas más recientes muestran también las primeras consecuencias de la nueva ley antivandalismo aprobada el 10 de abril de este año, que crea el delito de ocultación del rostro y facilita la prohibición de las manifestaciones. El nuevo delito se utilizó rápidamente contra los manifestantes detenidos. Un hombre de Toulouse fue condenado a dos meses de prisión en abril por ocultar su rostro. Otros dos meses también para una manifestante de Lyon. Otros vieron que a las capuchas se sumaba la participación en un grupo para cometer daños o violencia, con o sin armas, y otros ultrajes y agresiones los funcionarios encargados del cumplimiento de la ley.
“El objetivo de esta medida no es obtener resultados judiciales”, según un abogado parisino que ha defendido a muchos “chalecos amarillos”. Es una herramienta de aplicación de la ley que permite mantener a las personas detenidas por el simple hecho de cubrir su rostro. “El propósito principal es evitar que alguien proteste”. Los policías pasan su jornada laboral viendo vídeos para identificar a las personas que esconden sus rostros y luego los citan a declarar. Los abogados consideran que es un reflejo de cualquier manifestante: cuando hay humo de gases lacrimógenos, es necesario taparse la nariz con algo.
La ley de 10 de abril ha facilitado los controles preventivos en las inmediaciones de las manifestaciones y ha logrado la prohibición de otras. Es un ejemplo típico de pescadilla que se muerde la cola: la ley se aprueba apresuradamente sobre la base de un consenso que no se puede cuestionar en la calle.
Lo mismo que las manifestaciones, la represión y las condenas no han terminado. El Ministerio de Justicia sigue llevando cabo muchas investigaciones, generalmente en fase preliminar, y se están abriendo expedientes para identificar a los autores de los actos más graves, como por ejemplo los daños del Arco del Triunfo, el incendio en la prefectura de Le Puy-en-Velay o el intento de linchar a motociclistas de la policía en los Campos Elíseos.
(1) https://www.streetpress.com/sujet/1568288596-en-prison-comme-440-gilets-jaunes-ils-racontent
(2) https://www.lemonde.fr/police-justice/article/2019/07/17/la-justice-face-aux-gilets-jaunes-une-activite-hors-norme-a-paris_5490162_1653578.html