El policía perdió un ojo como consecuencia del ataque, cometido con un cristal roto de la puerta de la Jefatura de Policía Local que fracturaron para acceder a su interior.
El asalto tuvo lugar la noche del pasado 17 de enero, cuando el policía y su compañero de patrulla detuvieron a una persona. En las inmediaciones de la detención se encontraban un hermano del detenido y un hijo de éste, menor de edad. Ambos agredieron a los policías mientras trasladaban al detenido en el vehículo policial.
Una vez en la Jefatura de Policía, el hermano del detenido y el menor accedieron al interior de la misma, momento en el que el primero fue informado de que estaba también detenido por agredir a los policías cuando detenían a su hermano.
Para evitar que escapase, los policías echaron el cerrojo de la puerta y, transcurridos unos minutos, apareció un tercer hermano, que comenzó a golpear la puerta para entrar, rompiendo el cristal para abrirla y acceder portando un cristal afilado de la misma en la mano.
Así, los dos hermanos y el menor supuestamente comenzaron a agredir al policía, que, como consecuencia de las puñaladas recibidas en el rostro con el cristal, perdió totalmente la visión de un ojo y tiene serias y graves lesiones hasta en el cielo de la boca.
Los asaltantes sufrieron un accidente de tráfico al huir del lugar y, posteriormente, se atrincheraron en un domicilio familiar lanzando objetos contundentes contra los policías hasta el momento de su detención a altas horas de la madrugada del día siguiente.
Se activó un importante dispositivo conjunto de la Guardia Civil y Policía Local, llegados de todos los municipios de la comarca. También intervino en la detención el equipo especial del Grupo de Reserva y Seguridad número 2 con base en Sevilla, altamente experimentado en asaltos y detenciones de riesgo.
El menor detenido fue puesto a disposición de la Fiscalía de Menores y el resto a disposición del juzgado de Arcos acusados, entre otros delitos, de homicidio en grado de tentativa, lesiones, atentado contra agente de la autoridad, daños y conducción temeraria.
Pena que el pueblo esté desarmado.