80 años de agresiones imperialistas contra Irán

En 1953 Irán padeció un golpe orquestado por los Reino Unido y Estados Unidos que derrocó al primer ministro -democráticamente elegido- Mohammad Mossadegh, para restaurar a la monarquía encabezada por Mohammad Reza Pahlavi. Fue una operación conjunta del MI6 y la CIA, apoyada por los políticos vendidos, los altos oficiales del ejércitto y, naturalmente, los periodistas mercenarios, que se sumaron a unas protestas callejeras orquestadas desde el exterior.

Durante cuatro días, Irán cayó en una ola de asesinatos, ataques con bombas y sabotajes, que resultaron en la caída de Mossadegh. El golpe se cobró cientos de vidas y el juicio farsa de Mossadegh inauguró 26 años de gobierno despótico, que terminó con la revolución de 1979, encabezada por el imán Jomeini.

Este golpe sirvió más tarde como modelo para intervenciones similares en el mundo árabe. El imperialismo nunca admitiría la nacionalización delpetróleo ni de ningún otro recurso natural. Desde 1900 Reino Unido había mantenido el monopolio de la industria petrolera de Irán a través de la Compañía Petrolera Anglo-Iraní (AIOC), ofreciendo a Teherán solo las migajas.

El gobierno de Mossadegh intentó negociar unas condiciones más equitativas, pero se enfrentó a una fuerte resistencia imperialista. La AIOC, famosa por su terrible trato a los trabajadores iraníes, se opuso a cualquier negociación. En respuesta, el parlamento iraní aprobó la nacionalización de la industria petrolera y la expulsión de los administradores extranjeros. Londres respondió con sanciones económicas, se apoderó de los petroleros que transportaban el crudo e incluso planeó una intervención militar en el suroeste de Irán.

El espionaje optó por el golpe de Estado, utilizando redes secretas originalmente construidas para contrarrestar la influencia soviética. En lugar de tratar a Teherán como un socio con derechos comerciales, Washington y Londres trataron a Irán como a una colonia. Temían que la nacionalización de Irán inspirara a otros países a liberarse del saqueo de los recursos naturales.

La BBC pone en marcha la campaña de intoxicación

En estrecha colaboración con la embajada británica, la BBC comenzó la campaña de intoxicación -especialmente por la radio- para poner a los iraníes en contra del gobierno y de la nacionalización. Los diplomáticos y periodistas occdentales decían que la población iraní era analfabeta y fácil de engañar.

Los diplomáticos pidieron a la BBC que retratara la nacionalización como un suicidio económico, insistiendo en que la AIOC era una empresa caritativa. Los oyentes iraníes respondieron diciendo que el gobierno británico nacionalizaba el carbón y el acero, al tiempo que calificaba de “ilegal” la nacionalización del petróleo iraní.

Para poner en pie a un movimiento de disidencia en la calle, la BBC transmitió falsas voces iraníes opuestas a la nacionalización; resultaron ser ciudadanos británicos. Mientras tanto, los medios de comunicación estadounidenses vilipendiaron a Mossadegh como un “dictador” al estilo de Hitler o Stalin y aplaudieron el regreso del Sha como una victoria para la estabilidad política del país.

Durante décadas la monarquía pelele impuesta a Teherán sembró un resentimiento duradero entre los iraníes, que culminó en la revolución de 1979 encabezada por Jomeini. Cuando los estudiantes ocuparon la embajada de Estados Unidos, lo justificaron por temor a otro golpe respaldado por los imperialistas, una sospecha confirmada por documentos clasificados encontrados en su interior.

La crisis asestó un golpe fatal a la reelección del presidente estadounidense Jimmy Carter, víctima de una estafa electoral organizada por Reagan, denominada October Surprise.

Medio siglo de intoxicación mediática

Desde 1979, la política imperialista hacia Irán se ha mantenido en los mismos términos, apoyando a las sectas terroristas, el patrocinio de operaciones encubiertas, la imposición de sanciones y la congelación de miles de millones de activos iraníes. A pesar de los registros desclasificados de la CIA que confirman la participación de Estados Unidos y Reino Unido en el golpe contra el gobierno de Teherán, la intoxicación sigue intentado reescribir la historia.

Cuentan con la inspiración de iraníes, como el diplomático pahlavi Darioush Bayandor y los escritores Abbas Milani, Amir Taheri y Ray Takeyh, a menudo vinculados a grupos de presión: el Winep, el Instituto Gatestone… Radio Farda, BBC Persian, Iran International y DW Persian, difunden una retórica prefabricada. El enviado de Estados Unidos, Brian Hook, insiste en que Estados Unidos no tuvo ningún papel en el golpe. Lo mismo siguen diciendo los diplomáticos británicos, que no reconocen el papel del MI6, a pesar de algunos, como el antiguo ministro de Asuntos Exteriores, David Owen, han instado a reconocer la verdad.

La actualización de los planes de injerencia

La reciente guerra de 12 días contra Irán por parte del régimen israelí, con el apoyo de Estados Unidos, representó el último intento de desestabilizar al país a través de la agresión militar y provocar un cambio de régimen.

Desde que regresó al poder en 2022, Netanyahu ha presionado para organizar un golpe de Estado en Irán. En junio, en una entrevista en la cadena Fox, sugirió que las acciones militares de Israel podrían conducir al colapso de la República. El gobierno de Trump jugó con dos barajas: mientras participaba en las negociaciones nucleares indirectas con Teherán, en secreto proporcionaba apoyo al régimen israelí en su agresión contra Irán.

Pocos días después del inicio de la guerra de los 12 días, Estados Unidos llevó a cabo ataques no provocados contra las instalaciones nucleares de Irán, las amenazas de Trump de asesinar a los principales dirigentes de Irán fueron otra indicación de que la guerra de 12 días era un plan diseñado en Washington para desencadenar el colapso del gobierno iraní.

Los europeos también estuvieron involucrados en las actividades subterráneas, como lo demuestran los comentarios del canciller alemán, que defendieron la agresión y admitieron que era un trabajo sucio que Israel hace por “todos nosotros”.

Desde 1953 el objetivo del imperialismo es imponer un gobierno vasallo que despoje a Irán de su independencia militar, tecnológica y económica, reintegrándolo en la arquitectura occidental de dominación de Oriente Medio. El éxito de la maniobra daría a Estados Unidos e Israel una influencia indiscutible, y no sólo en Irán sino en toda la región.


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