Hace poco se denunció el caso de Francia con los niños de la República Centroafricana. Ahora le toca el turno a la Marina de Guerra británica, cuyas tropas violaron a un mujer de 20 años en Canadá, una vieja colonia en la que siguen manteniendo contingentes militares.
El 18 de abril cuatro miembros de la Marina Real Británica fueron detenidos y acusados de la violación de una mujer en una base militar de la provincia canadiense de Nueva Escocia que es la base atlántica de la Flota Canadiense. Se trata de Craig Stoner, de 24 años de edad, Darren Smalley, de 35, Joshua Finbow, de 23, y Simon Radford, de 31, aunque el juez no descarta que haya más marinos implicados en la violación.
El fiscal Scott Morrison ha explicado que los cuatro británicos han sido acusados de participar en una “agresión sexual en grupo” contra una civil en los barracones de la base militar de Halifax en la madrugada del 10 de abril. Al día siguiente la mujer agredida tuvo que acudir a un hospital local, donde fue atendida.
La policía militar canadiense ha incautado ropa y sábanas, así como teléfonos móviles y ordenadores portátiles.
Los marines estaban en Nueva Escocia para participar en un torneo de hockey con personal de las Fuerzas Armadas Canadienses. El comandante del Servicio Nacional de Investigación de las Fuerzas Canadienses (CFNIS), el teniente coronel Francis Bolduc, ha calificado el caso de “perturbador”.
Los cuatro hombres han comparecido ante los tribunales canadienses y permanecen recluidos en prisión preventiva. A todos ellos se les ha retirado el pasaporte. Los acusados pueden ser condenados a 14 años de cárcel.
Un portavoz británico del Ministerio de Defensa ha dicho que no se trata sólo de un asunto estrictamente judicial, sino que puede tener repercusiones de mayor alcance que no conviene ni comentar.