Los más de 2.800 civiles -indígenas y afrocolombianos- se enfrentan a una difícil situación de seguridad debido a la presencia de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) en una zona rural del municipio de Alto Baudo, en el departamento del Chocó, dijo en un comunicado la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) de la ONU.
El departamento del Chocó cuenta con grandes plantaciones de coca y está estratégicamente posicionado para exportar la droga a Estados Unidos a través del Océano Pacífico.
Entre 2017 y 2018 hubo 21.100 personas desplazadas por la guerra en el Chocó, según el registro oficial de víctimas.
Considerada la última guerra de guerrillas del país desde la claudicación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que firmó la paz con el gobierno en 2016, el ELN cuenta con unos 2.300 combatientes y una amplia red de apoyo en las zonas urbanas.
La rebelión armada del ELN opera en el 10 por ciento de los 1.100 municipios del país.
Por su parte, las AGC son el brazo armado del Clan del Golfo, la principal banda de narcotraficantes de Colombia, que surgió de la desmovilización de milicias paramilitares en 2006.