Los hechos se produjeron sobre las 18.50 horas del día 30 de mayo de 2014, cuando el hombre que fue detenido estaba en una parada de autobús de Avilés. En ese momento se le acercaron dos policías locales de Avilés que, tras decirle al hombre que estaba detenido, le introdujeron en el vehículo policial, sin informarle de sus derechos.
Desde la parada del autobús, se dirigieron con el vehículo policial a una nave abandonada ubicada en la zona conocida como Divina Pastora, trayecto durante el cual conducía el primer policía acusado, quien “increpó, insultó y amenazó reiteradamente” al detenido.
Cuando ese primer policía salió del vehículo, llegó en moto el tercer policía, sacando del coche al detenido, al que amenazaron reiteradamente. A continuación lo pusieron contra una pared y el primer acusado le sacó varias fotos de frente y perfil con su teléfono móvil, mientras ambos agentes amenazaban con matarle.
Mientras esto sucedía, el segundo acusado permaneció dentro del vehículo policial. No participó en los insultos y amenazas ni en la toma de fotografías, pero tampoco hizo nada para frenar a sus colegas.
A continuación, introdujeron de nuevo a la víctima en el vehículo policial y lo llevaron a la Jefatura de la Policía Local, donde apenas permanecieron dos minutos, dirigiéndose seguidamente a la Comisaría de la Policía Nacional, donde los dos primeros acusados presentaron a la víctima como detenido. Durante el trayecto, el primer acusado amenazó de muerte e insultó al hombre.
Una vez en la comisaria de la Policía Nacional, le introdujeron en un cuarto, a la espera de su toma de declaración, durante aproximadamente un hora. En dicho cuarto se quedaron custodiándolo el primer y tercer acusado. Durante ese tiempo, entró en la habitación otro agente de la Policía Local, el cuarto y último acusado, y dirigiéndose a la víctima, le dijo que “se la chupara a él”, en referencia a una felación, amenazándole reiteradamente. En un momento dado intentó agredirle, lo que impidieron los otros policías.
Posteriormente, al más puro estilo gangsteril, el tercer policía sacó su pistola, extrajo una bala del cargador y, tras preguntar al detenido su nombre de pila, le dijo que “era para apuntar su nombre en esa bala”, llegando a empuñar el arma. Durante ese tiempo entró un quinto agente de la Policía Local, que profirió igualmente insultos y amenazas, pero no ha podido ser identificado en la investigación.
Trascurrida una hora, el detenido fue trasladado a la oficina a declarar, momento en el que se le acercó nuevamente el primer policía, que continuó amenazando: “De la que te has librado hoy, anda con cuidado, que nos tienes contentos a toda la Policía Local de Avilés”.
A consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió una crisis de ansiedad.