¿Acaso el fascismo no está otra vez por todas partes?
Veamos. Un periodista del Wall Street Journal reproduce en Twitter el primer artículo publicado por el New York Times sobre Hitler el 21 de noviembre de 1922. Su autor, Cyril Brown, expresa el punto de vista burgués sobre el fascismo, que trata de minimizarlo, como la manera mejor de que pase desapercibido.
El antisemitismo de Hitler, decía el New York Times, “no es tan genuino o violento como parece”. Sólo utiliza el antisemitismo como cebo para atraer masas de seguidores y mantenerlas excitadas y entusiasmadas.
El periódico alababa las cualidades políticas de Hitler, “un político sofisticado y acreditado”. No menos entusiasmo mostraba por el movimiento nazi, al que calificaba como “local y pintoresco”.
Exactamente lo mismo está ocurriendo ahora, donde el tratamiento mediático del fascismo magnifica el movimiento con continuas alusiones a sus éxitos electorales mientras, por el otro lado, se esfuerza por reducir su significado político recurriendo a eufemismos, como la ultraderecha o el racismo.
Poniendo el foco en determinados partidos “pintorescos”, la prensa oculta que el fascismo no es sólo esa “ultraderecha” desatada, sino todos los demás partidos que incorporan el fascismo en sus programas electorales, así como el propio Estado burgués, donde el fascismo se ha convertido en una forma habitual de gobierno, con el recurso a los estados de excepción, la legislación represiva, la carta blanca a la policía y la destrucción de los últimos residuos de libertad, democracia y derechos fundamentales.
(*) http://mobile.nytimes.com/times-insider/2015/02/10/1922-hitler-in-bavaria/