‘Crosscheck’, el último mecanismo de censura en internet

Así será el emblema de la nueva Inquisición
El lunes la red First Draft News y el Google News Lab anunciaron el lanzamiento para la semana que viene de “CrossCheck” (cotejo, comprobación, en inglés) una herramienta en línea de censura y etiquetado de los contenidos que circulan por internet que habrá que añadir a los ya existentes.

Como es característico, en el proyecto participan las redacciones de numerosos medios de comunicación convencionales, es decir, que reúne a los nuevos medios de comunicación, como Google y Facebook, con los viejos.

Como la antigua, la nueva Inquisición tiene por objeto “vigilar y castigar”. Hace tiempo que su tarea dejó de ser informativa para pasar a ser represiva porque su descrédito les ha puesto a la defensiva. No dan noticias sino que juzgan -a la manera de Supremos Pontífices- las informaciones de terceros, tanto de texto, como fotos o vídeos.

El equipo censor se ha reclutado en la universidad, entre la mano de obra barata, joven, moldeable, que luego pasa por esos “cursillos” en los que los laboratorios de Google lavan la cabeza, cardan y tiñen siguiendo las últimas modas procedentes del Concilio de Trento (1545).

Pero al elenco de idioteces ya probadas, los degenerados intelectuales que diseñan este tipo de proyectos han añadido un invento que demuestra que siempre es posible caer más bajo: se trata de que los propios usuarios de las redes sociales puedan asumir el papel de censores y chivarse a los Grandes Pontífices pulsando un simple enlace.

La manipulación de este tipo de mecanismos deriva de que la información no son textos, ni imágenes, sino capitales invertidos en este sector. Como en cualquier otro, la competencia capitalista enfrenta a unos medios de comunicación con otros. Lo que pretenden con la censura los capitales más fuertes, los monopolistas, es etiquetar (o sea, desacreditar) a las empresas de la competencia.

Veamos un ejemplo, Decodex, que Le Monde puso en funcionamiento hace un mes, como ya hemos relatado en otra entrada. Hace tres semanas uno de los sitios al que etiquetó con el color naranja (¡precaución!) fue Doctissimo porque estaba acusado de promover las medicinas alternativas, lo cual está muy mal visto por los “científicos de verdad”.

Pero ese tipo de sitios, como los de la medicina convencional, también pueden estar vinculados con grandes monopolios, y en el caso de Doctissimo lo estaba con el grupo Lagardère.

Ahora resulta que Lagardère ha llegado a un acuerdo con Le Monde para sacar conjuntamente una revista sobre investigación científica y medicinas alternativas, algo que Decodex ha detectado inmediatamente sacando a Doctissimo del banquillo de los acusados y poniéndole una etiqueta verde; a la altura de los mejores.

Ya ven Ustedes para qué sirven los sesudos periodistas a los que la OTAN y los monopolios informáticos pagan para que analicen las informaciones y los sudocientíficos al servicio del capital y sus chanchullos.

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