Hollywood es un gran decorado donde todo es falso, todo es de cartón. Los focos apuntan hacia una esquina pero lo demás queda a oscuras. Nadie mira hacia ese lado… excepto un documental estrenado recientemente en Cannes que se titula “Un secreto abierto”. Hasta ahora cuando pensábamos en el lado oscuro de Hollywood, nos venía a la cabeza el alcohol, las drogas, las violaciones, la prostitución y el comercio de carne humana. Ahora este documental le añade la pedofilia.
La realizadora Amy Berg narra los abusos sexuales de cinco niños y adolescentes que llegaron a Hollywood seducidos por el dinero y la fama y acabaron atrapados en las redes de los representantes, productores y directores. Uno de ellos es Michael Egan que con 16 años soñaba con ser el nuevo Tom Cruise y alguien le ofrece la oportunidad de su vida, una de esas que no puedes dejar pasar, conocer a gente famosa, influyente, que te puede introducir… ¿Introducir qué?
Hace ahora casi 20 años se celebró una reunión en una de esas lujosas mansiones con piscina en lo alto de la colina, al aire libre. Allí estarán conocidos productores, como Marc Collins-Rector y Chad Shackley, que buscan caras nuevas. Ambos son socios y amantes embarcados en el nuevo negocio del vídeo en línea. No son los únicos que acuden a la reunión. También está Garth Ancier, el productor que lanzó Los Simpson, 21 Jump Street y Casados, dos hijos. También aparece por la mansión Bryan Singer, director de “Sospechosos habituales” y “El regreso de Supermán” que estaba a punto de rodar un taquillazo: X-Men.
La coartada es hablar sobre una empresa de vídeo digital, pero el relato de Michael Egan es muy confuso. Dice que le emborracharon, le drogaron y le violaron nada menos que durante dos años, en una especie orgía prolongada. Los acusados se defienden diciendo que era un chantaje, que Egan sólo quiere dinero. A pesar del tiempo transcurrido, no se ha cerrado el caso. La fiscalía se ha disculpado con Ancier porque la acusación es infundada. Por su parte, Singer niega la violación pero ha pagado 100.000 dólares para que le retiren la acusación.
Otro de los niños que aparece en el documental es Evan Henzi, quien relata las violaciones de que fue objeto de los 11 a los 17 años por parte de su representante. En 2011 publicó una grabación de audio en la que el responsable confiesa los abusos.
Aquel mismo año murió Corey Haim, una verdadera estrella de Hollywood desde su infancia. La autopsia determinó que lo que acabó con su vida fue una pulmonía, pero en su organismo había antidepresivos, ibuprofeno, relajantes, marihuana, remedios contra la tos… Compartió un programa de televisión con Corey Feldman, conocido por su participación en los Goonies y en Stand by me. Según su amigo, Haim se drogaba para olvidar las violaciones de que ambos fueron objeto por “la industria del espectáculo”.
El representante de ambos era el mismo. Mientras le violaba, cuenta Feldman al diario Sun, simulaba estar dormido… Por eso a Hollywood le llaman “la fábrica de los sueños”. Adormece.
Estamos convencidos de que a este documental nunca le darán un Óscar de la Academia.
Se imponen los mediocres y psicópatas, la gente que no tiene pudor ni escrúpulos a la hora de conseguir sus intereses o sucios fines.
– Querido Óscar Miguélez, nos cuentas una historia que trae aparejado un "quid pro quo", en la que la mediocridad y porquería ocupan el lugar de la excelencia. Los realmente excelentes (que no "Sus Excelencias"), lo tenemos prácticamente imposible en este puerco mundo: Dicho sea desde mi propio pequeño olimpo, desde el que a través de vuestras ventanas contemplo el mundo y su comedia (¡je!). Gracias por estar ahí, aportando luz a mi alma.
– Don Dinero, poderoso caballero, si pudiera acabarte lo haría sin compasión alguna, por mucho que sufrieran los que por adorar al becerro de oro lo acaparan todo para sí: La pucha que los tiró a todos ellos y su miserable sesera.
– Es todo: ¿Creéis que se me entenderá?