El jueves de la semana pasada el Secretario de Defensa estadounidense Ashton Carter visitó Silicon Valley, donde tienen su sede las principales empresas tecnológicas de Estados Unidos, pronunciando una conferencia en la Universidad de Stanford (1) en la que presentó las líneas maestras de la Estrategia Ciber del Pentágono (2) hasta 2018.
Es el primer documento en afirmar que Washington utilizará internet como un arma de guerra, al afirmar que Estados Unidos “debe ser capaz de utilizar las ciberoperaciones para quebrar las redes de mando y control, infraestructuras críticas y sistemas de armas de los potenciales adversarios del país”.
Las operaciones de piratería informática se integrarán plenamente en las operaciones militares. Para ello, el Pentágono creará una fuerza compuesta por 6.200 piratas repartidos en tres tareas principales relacionadas con la defensa, inteligencia y ataque. Los piratas del imperialismo no estarán formados únicamente por personal militar, sino también por personal civil y reservistas, a tiempo parcial.
En su discurso Carter dijo que el Pentágono tiene que estar a la vanguardia de la innovación tecnológica como elemento central de la tercera estrategia de compensación (Third Offset Strategy) presentada durante el pasado mes de octubre (3). Pero para el imperialismo la innovación tecnológica ya no tiene como motor principal al ejército.
El Pentágono seguirá financiando, a través de la Agencia de Proyectos Avanzados (DARPA) o de otras instituciones científicas, proyectos tecnológicos avanzados que luego serán explotados comercialmente. Sin embargo, el grueso del desarrollo tecnológico se financiará con recursos privados.
La visita de Carter a Silicon Valley tiene un claro mensaje: la guerra imperialista necesita una industria tecnológica de vanguardia, en especial, en el ámbito de internet. El Pentágono va a poner sobre la mesa miles de millones de dólares para dinamizar la industria tecnológica en el ámbito bélico. Creará la Defense Innovative Unit Experimental para estrechar las relaciones entre los monopolios informáticos y el Pentágono, estar al día de las nuevas tecnologías y ayudar a las nuevas empresas a iniciarse en la guerra.
Los imperialistas seguirán financiando nuevos proyectos informáticos a través de IN-Q-Tel, la empresa de capital riesgo financiada por la CIA que impulsó Google hasta la cúspide tecnológica en la que se encuentra ahora. IN-Q-Tel lleva más de 15 años trabajando en Silicon Valley financiando a empresas que desarrollan nuevas tecnologías bélicas.
El Pentágono considera que la formación de sus informáticos es inadecuada. Los capitalistas privados hace mucho tiempo que van por delante y por ello ha previsto programas de intercambio con el sector privado. Durante un par de años los informáticos militares trabajarán en empresas civiles donde aprenderán su modo de trabajo e intentarán trasladar sus métodos al Pentágono.
A la inversa, los principales informáticos en materia de piratería de las empresas privadas trabajarán en las actividades bélicas del Pentágono.
Hace años que el Pentágono sabe que el único camino para mantener la hegemonía de Estados Unidos sobre el mundo requiere de consolidar su dominio en internet y en las nuevas tecnologías informáticas.
(1): http://www.defense.gov/Transcripts/Transcript.aspx?TranscriptID=5621
(2): http://www.defense.gov/home/features/2015/0415_cyber-strategy/Final_2015_DoD_CYBER_STRATEGY_for_web.pdf
(3): http://www.thiber.org/washington-tenemos-un-problema-thiber-en-el-ieee/