Las decenas de cadáveres han aparecido con signos evidentes de torturas, de mutilaciones de las extremidades e impactos de bala en la cabeza. El jefe sirio de medicina forense, Zaher Hajjo, ha manifestado a la agencia siria Sana que entre las víctimas había cinco mujeres y cinco niños.
Los cadáveres han aparecido en cárceles dirigidas por los salafistas de los barrios de Sukkari y Al-Kallassé. “Los descubrimientos realizados en los barrios abandonados por la pretendida ‘oposición’ van a sorprender a más de uno”, ha manifestado un general ruso en un comunicado.
Además de las masacres, en los barrios orientales de Alepo están apareciendo numerosas trampas explosivas, algunas de las cuales están colocadas en juguetes infantiles.
En un barrio se han encontrado siete depósitos de municiones y explosivos, tres tanques, dos cañones y dos lanzagranadas múltiples, así como numerosos morteros, según ha dicho Konachenkov.