Los espías afirman que el próximo gobierno «tendrá que llegar probablemente mediante coalición, lo que obligará a los políticos españoles a lograr acuerdos en un país que está acostumbrado a tener ejecutivos centrados en un partido fuerte». Strafor sostiene que «dependiendo del grado de fragmentación del Parlamento español después de las elecciones, las conversaciones de coalición podrían alargarse o incluso dar lugar a la convocatoria de nuevas elecciones».
Los de Strafor se han quedado calvos con sus apuestas de perogrullo. Cualquiera les podía haber anunciado lo mismo por un precio mucho más barato. Todos apuestan ya por un denominador común para el futuro político: inestabilidad, crisis y bancarrota.
La diferencia es lo que dijo Fernández Díaz, ministro de la porra, inmediatamente después de conocer los resultados de las elecciones en Barcelona, imputando a Colau y los suyos la crisis que se avecina. El ministro talibán vuelve a darle la vuelta a la tortilla, que es su deporte favorito: Colau (Barcelona), Carmena (Madrid), Santisteve (Zaragoza) y demás no son la causa sino la consecuencia de la crisis.
En descargo de Podemos, Ganemos y demás tinglados equivalentes hay que decir que ellos no tienen la culpa de (casi) nada. Lo que se les puede imputar es que no saben el agujero en el que se han metido. No tienen ni la más remota idea. A veces nos dan hasta pena…