El bombardeo ha sido ejecutado por cazas rusos Su-24 y Su-34, destruyendo varios equipos VBIED pertenecientes a Ahrar Al-Sham y el Califato Islámico. Cuando la noticia llegó a Alepo, la población salió a la calle para celebrar la próxima liberación de sus vecinos de Al-Bab, según ha informado Euronews.
A pesar de apoyo aéreo, el ejército turco no ha sido capaz de mantener sus posiciones en el hospital Al-Faruq y Jabal Al-Qail, que han padecido varios ataques de los yihadistas con coches bomba que, como en Alepo, están utilizando a los civiles como escudos humanos, tanto en las calles como en las viviendas.
Un grupo yihadista ha difundido en internet un vídeo en el que aparecen dos soldados turcos que fueron capturados en Al-Bab y quemados vivos.
El ejército turco ha enviado 500 miembros de las tropas especiales para reforzar las líneas del frente, donde el Califato Islámico ha concentrado fuerzas procedentes de Mosul y Raqqa, en una operación similar a la de Palmira.
Es un movimiento que demuestra la falacia de la “lucha” que llevan a cabo los imperialistas contra el Califato Islámico. Si tanto Mosul como Raqqa son ciudades donde los yihadistas están cercados, ¿cómo es posible que hayan logrado romper el cerco para trasladarse hasta Palmira o Al-Bab?, ¿cómo es posible que hayan realizado el traslado sin ser molestados por la aviación de la “coalición internacional”?
La respuesta es -una vez más- obvia: los imperialistas no sólo no atacan al Califato Islámico sino que son quienes dirigen sus pasos.
El Califato Islámico capturó Al-Bab en 2013, imponiendo su ley en la ciudad, saqueando a la población y obligando a la minoría cristiana a abandonarla.