El lunes Zimbaue emitió una ficha digital respaldada por oro, en un intento de reducir la volatilidad de su moneda fiduciaria y frenar la hiperinflación que estrangula la economía.
Las fichas digitales (tokens) se venderán en dólares estadounidenses y en moneda local, el dólar zimbauense. Sin embargo, el precio en moneda local se fijará con un margen del 20 por cien por encima del tipo interbancario medio entre compradores y vendedores.
Las fichas se venderán a un mínimo de 10 dólares para particulares y a partir de 5.000 dólares para inversores institucionales y empresariales.
El Banco Central de Zimbaue espera que las fichas se mantengan en monederos electrónicos o tarjetas de oro electrónico. Serán negociables y capaces de facilitar las transacciones y liquidaciones de persona a persona (P2P) y de persona a empresa (P2B). Eso significa se utilizarán como medio de pago y como depósito de valor.
Zimbaue atraviesa una grave crisis económica desde principios de la década de 2000. Tras la reforma agraria del antiguo presidente Robert Mugabe, el capital financiero internacional boicoteó al gobierno. Tuvo que dejar de pagar casi 13.000 millones de dólares en deudas al Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo (BAfD), el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y los países del Club de París.
Mugabe tuvo que poner la máquina de imprimir dinero a pleno rendimiento. En 2009 el gobierno abandonó el dólar zimbauense en favor del dólar estadounidense, aunque diez años después se reintrodujo para reactivar la economía. Sin embargo, se ha depreciado continuamente frente al billete verde.
Las fichas pretenden que la población se pueda proteger de la volatilidad actual del tipo de cambio. La moneda zimbauense ha perdido más de la mitad de su valor desde principios de año, situándose en torno a los 2.200 dólares zimbauenses por cada dólar estadounidense en el mercado paralelo. El tipo oficial se ha fijado en torno a los 1.000 dólares zimbauenses por dólar estadounidense.